Los forenses que practicaron ayer la autopsia a los dos hermanos hallados muertos en una vivienda unifamiliar de Requena no han podido determinar la causa de las muertes dado el avanzado estado de descomposición de ambos cuerpos, que podrían llevar muertos desde finales del año pasado. Los médicos sí han aclarado que en los cuerpos no se aprecian señales de violencia compatibles con una acción homicida, lo que casa con la inspección ocular llevada a cabo por la Guardia Civil en el domicilio, y que no reveló ningún indicio criminal. De hecho, la casa estaba en perfecto orden.

Así las cosas, los forenses tomaron ayer muestras de los tejidos internos que serán analizados por el servicio de Toxicología ante la sospecha de que los hermanos se quitaron la vida voluntariamente ingiriendo un tipo de fertilizante para plantas, ya que los agentes encontraron una botella con restos de líquido en la habitación donde fueron hallados los cadáveres.

Los cuerpos sin vida de los dos hermanos, un hombre de 53 años y una mujer de unos 45, fueron encontrados el domingo en la vivienda, ubicada en el número 51 de la calle Camporrobles de la urbanización Casablanca de Requena, después de que el padre, que reside en Castelló con su actual esposa, acudiera al chalé, tras llevar casi un año sin saber nada de sus hijos, quienes habían roto relaciones con él a raíz de esa boda.

Los cuerpos estaban en la misma habitación, cada uno de ellos en una de las camas y no había ni una sola señal de la intervención de una tercera persona. Los dos hermanos, que atravesaban una complicada situación económica, estaban vestidos y tapados con una manta, y el fallecimiento se produjo en las mismas fechas.