Juan Mata Valcayo, el hombre que presuntamente acabó con la vida de su novia tras asestarle varias cuchilladas y golpearla con un bate de béisbol, era una auténtica «bomba de relojería» a punto de explotar según lo describen vecinos del lugar. Varios de ellos apuntaron que el presunto asesino había tenido problemas con las drogas y que actualmente se encontraba bajo medicación. «Cuando te hablaba siempre estaba nervioso», explica Fernando. «Cuando se le cruzaban los cables discutía con quien fuera y él era de gritar y alterarse mucho», añadía Nelson.

El presunto asesino, de 46 años, había sido encargado de la ORA pero desde hace más de un año se encontraba de baja por depresión. Había estado casado y es padre de dos hijos, un niño de trece y una niña de diez, aunque apenas los veía ya que los pequeños viven con la madre. «Un día le echó una bronca tan fuerte a su hijo porque no sabía volver a casa desde la avenida del Cid que aún se escuchan los gritos», recuerda una vecina de la finca.

Juan llevaba viviendo en este inmueble desde hace unos dos años. «Ahora estaba más tranquilo pero cuando llegó a la finca saltaba a la mínima, parecía que fuera todo el día 'encocado'», asegura un vecino que ha tenido que aguantar sus salidas de tono. «Iba hablando solo por la calle y se enzarzaba con todo el mundo», añade otro.

Hasta sus amigos le habían dejado de lado. «Siempre venía al bar porque lo conozco desde pequeño pero a principios de año lo tuvimos que echar porque se estaba faltando con un cliente y desde entonces ya no vuelto». I. C. valencia