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Atraco

Unos butroneros desvalijan un bar con las tragaperras a rebosar

Se sospecha que los delincuentes sabían que las máquinas llevaban sin vaciarse desde agosto

Unos butroneros desvalijan un bar con las tragaperras a rebosar

Una banda de butroneros desvalijó durante la madrugada de ayer un bar de la avenida del Cid de Valencia, situado justo frente a la Central de Policía Local de Valencia, tras hacer un agujero en la pared del cuarto de contadores de la finca anexa. Los delincuentes se apoderaron de un cuantioso botín después de reventar dos máquinas tragaperras, una de apuestas deportivas y una expendedora de tabaco. Al parecer, las tres primeras, propiedad de una misma empresa, estaban hasta arriba de dinero ya que la entidad recaudadora llevaba desde finales de agosto sin ir a vaciarlas, según criticó el propietario del establecimiento.

Yinkui, dueño del bar, cree que los delincuentes conocían este hecho y por ello asaltaron su local, causando importantes pérdidas económicas y destrozos en el bajo. «¡Mucho dinero, mucho dinero!», aseguraba el propietario, de origen chino, al ser preguntado por un primer balance de la cantidad sustraída por los ladrones. «Solo en la máquina de tabaco había cartones por valor de unos 3.000 euros», apuntaba su hijo Lin. Pero el mayor botín lo hallaron en las otras tres máquinas, principalmente en la dedicada a apuestas deportivas. «A la semana, cuando hay Liga de fútbol, suele haber unos 2.000 euros», añadía el joven. En las otras dos, que generan unos 1.000 euros a la semana cada una, la cifra desde finales de agosto también podía ser verdaderamente importante.

Desactivar una falsa alarma

El robo se produjo pasadas las doce de la noche del domingo después de que el hijo del propietario cerrara el negocio. A la mañana siguiente cuando acudió su padre a abrir el bar éste descubrió que les habían desvalijado y que las tres máquinas tragaperras y la expendedora del tabaco estaban reventadas. Además comprobó que los ladrones habían hecho un pequeño butrón en la pared desde la finca de al lado. Fue así como desde el cuarto de la limpieza del edificio anexo accedieron al interior del establecimiento. «Fueron muy silenciosos, nadie escuchó nada», explicaba Lin.

No contentos con los daños causados en el local los delincuentes también destrozaron parte del techo siguiendo el cableado de lo que ellos pensaban que se trataba de una alarma. «Pensaban que era real», argumentó Lin señalando un aparato que los ladrones pudieron confundir con el detector de una supuesta alarma.

Los delincuentes huyeron por el mismo agujero por el que entraron llevándose consigo una cantidad superior a los 10.000 euros, según los cálculos iniciales del dueño, tabaco y dos teléfonos móviles. No pareció preocuparles en exceso que el citado bar se encontrara justo frente a la puerta principal de la central de la Policía Local.

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