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Crimen

Los presuntos asesinos del "gorrilla" le habían propinado varias palizas meses antes del crimen

Uno de los sospechosos ha sido localizado en una cárcel francesa y el otro huyó a Alemania poco después de que hallaran el cuerpo

La paliza que mató a Miorel en la noche del 24 de diciembre de 2013 fue la última que recibió por parte de sus presuntos asesinos, pero no la primera. Claudio, rumano como él y como el otro presunto implicado en el crimen del «gorrilla» hallado en un paraje de Aras de los Olmos, «ya le había pegado antes. Siempre le estaba acosando. Y le daba palizas y le amenazaba para que le pagara». Lo relata un compañero del fallecido que compartía con él una vieja casa abandonada cerca de la Finca Roja.

Miorel, tal como adelantó ayer en exclusiva Levante-EMV, es el hombre cuyo cadáver descuartizado fue encontrado por un senderista el 17 de diciembre de 2014, sólo siete días antes de que se cumpliera un año desde el crimen.

Según la investigación abierta en su momento por el grupo de Homicidios de la Guardia Civil de Valencia, Miorel, a quien se le ha puesto nombre hace apenas unas semanas gracias a las pruebas recabadas por los investigadores y por los especialistas del laboratorio de criminalística del instituto armado, murió como consecuencia de una brutal paliza supuestamente propinada por dos compatriotas suyos.

Tras matarlo, lo descuartizaron para poder deshacerse del cuerpo, que introdujeron en bolsas de plástico de basura y en un bolsón de rafia. Luego, lo ocultaron dentro de una maleta y lo transportaron en un coche hasta un remoto y agreste paraje de Aras de los Olmos.

Los sospechosos condujeron el vehículo hasta una explanada y, tras arrastrar la maleta un centenar de metros, la arrojaron al vacío desde un saliente rocoso. La brutalidad del impacto provocó la rotura de las costuras de la maleta y el cuerpo desmembrado quedó diseminado al pie de la roca.

Allí lo encontró casi un año más tarde un senderista que paseaba por los alrededores de Aras. Durante meses, la investigación permaneció en un callejón sin salida porque el ADN tomado al esqueleto no servía para identificar a la víctima.

Sin embargo, los investigadores lograron finalmente determinar el nombre de la víctima, así como la identidad de los presuntos autores.

Pedro, un amigo del fallecido, corroboró a los agentes que los dos sospechosos, rumanos como Miorel, solían pegarle con frecuencia. Le obligaban a pagarles un cánon por aparcar coches. Cuando lo mataron, en la noche del 24 de diciembre de 2013, tras llevárselo a la fuerza en presencia de Pedro y de otro amigo, los presuntos asesinos afirmaban que les debía 30 euros.

Un coche mal aparcado

El último empujón para la resolución del caso llegó cuando la Policía Local de Orpesa reparó en un coche que llevaba meses abandonado. Se trataba de un Ford Mondeo sobre que el que pesaba una requisitoria de interés policial emitida por el grupo de Homicidios de la Guardia Civil de Valencia, ya que el propietario era uno de los sospechosos del homicidio de Miorel. Los agentes municipales alertaron a los investigadores, que pidieron una intensa inspección ocular que sirvió para confirmar que había sido el vehículo en el que habían trasladado a la víctima desde Valencia hasta Aras de los Olmos con el fin de deshacerse del cadáver.

Ambos sospechosos, Claudio y Álex, fueron puestos en busca y captura. El primero, considerado principal implicado y posible autor material de los golpes que acabaron con la vida de Miorel, ha sido localizado en una prisión de Francia, donde ha sido confinado por un juez galo «por robo», según explicó ayer a Levante-EMV otro compatriota tanto de la víctima como de los verdugos.

El otro supuesto implicado, Álex, permanece huido en Alemania, adonde escapó, supuestamente con un contrato de trabajo apalabrado, poco después de que trascendiera el hallazgo del cuerpo de Miorel, noticia que adelantó en exclusiva este periódico.

«Fue como un año después de que se lo llevaran. Se empezaron a poner nerviosos y Claudio le dijo a Álex que tenían que marcharse. Desde entonces no los hemos vuelto a ver, aunque ahora, después de declarar en la Guardia Civil, sabemos que Claudio está preso en Francia y que Álex está por Alemania», afirma Pedro.

El juzgado de Llíria que instruye el asesinato de Miorel ya ha iniciado los trámites para solicitar la extradición de Claudio, ya que el delito de homicidio es más grave que el de robo por el que está preso en Francia, lo que da prioridad al proceso judicial abierto en España.

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