Los cuatro detenidos por el secuestro frustrado de unos presuntos traficantes ocurrido ayer a última hora de la tarde en Xirivella son tres hombres de nacionalidad española, que se encontraban en la casa, y un hombre de origen colombiano que había acudido a la vivienda con otros compatriotas para cobrar una deuda por una transacción de cocaína.

Los tres primeros fueron arrestados por un presunto delito contra la salud pública y el cuarto, por robo con violencia y tenencia ilícita de armas, ya que, según manifestaron los testigos, los atracadores irrumpieron en la vivienda portando armas de fuego y cuchillos.

La Policía Nacional detuvo anoche a los cuatro presuntos implicados tras mantener acordonado un barrio entero de Xirivella durante dos horas en la creencia de que el grupo de colombianos aún mantenía secuestrado a uno de los españoles en la vivienda de la calle Lluís Vives, según adelantó ayer en exclusiva Levante-EMV.

Decenas de agentes de la Policía Nacional mantuvieron varias horas acordonadas seis calles en el centro del citado municipio, junto al Mercado Municipal, en un amplio dispositivo montado alrededor de la vivienda después de recibir una llamada en la que uno de los implicados aseguraba que un grupo de personas había irrumpido en el domicilio de un amigo y temía que pudieran acabar con su vida. Tras varias horas parapetados en distintos puntos de la calle Lluís Vives y otras cinco vías adyacentes, los agentes lograron acceder al domicilio y comprobaron que ya no había nadie retenido en el mismo.

No obstante, aunque los asaltantes huyeron del lugar antes de la llegada de la policía, la operación se saldó finalmente con cuatro detenidos, tres de ellos de nacionalidad española, por un delito contra la salud pública, y el cuarto, uno de los presuntos asaltantes.

Una llamada de socorro

La Policía Nacional se puso en marcha tras recibir una llamada de auxilio sobre las siete de la tarde de una de las víctimas del asalto, que posteriormente fue detenida, en la que alertaba de que la vida de sus amigos corría serio peligro.

A la llegada de los agentes los presuntos asaltantes ya habían conseguido escapar de la vivienda, así como las víctimas del asalto. Pese a ello y bajo la creencia de que podía haber todavía gente armada en el interior, la policía mantuvo el dispositivo hasta comprobar que la vivienda ya estaba vacía.

Agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) así como del Grupo Operativo Especial de Seguridad (GOES) mantuvieron acordonada la zona desde las 19.30 horas hasta pasadas las 22.00 horas. Una vez que se aseguraron de que no había nadie en la casa, levantaron el cordón de seguridad.

Los investigadores se llevaron custodiado un vehículo todoterreno de color rojo supuestamente propiedad de uno de los detenidos. El vehículo está siendo inspeccionado hoy en profundidad en dependencias policiales en busca de evidencias de la transacción de droga. El coche, de la marca Toyota, estaba aparcado justo enfrente del portal número 2 de la calle, donde fue registrado por parte de los agentes antes de que una grúa lo cargara para llevárselo al complejo policial de Zapadores.

«He salido al balcón y los antidisturbios, con gestos y desde la esquina, me han dicho que me volviera a meter en casa». Así relataba ayer por la noche los sucesos una de las vecinas de la finca tras haber vivido el asedio policial desde su vivienda. «Este es un bloque tranquilo», añadió. La mujer aseguró que en el edificio viven solo tres familias, «y nos conocemos todos. Nunca ha pasado nada raro», explicó. «Hay dos viviendas vacías», apostilló.