Remedios Ludeña Gea tenía 19 años cuando desapareció en Santa Pola una tarde de mayo de 1991. Desde entonces, sus padres, Remedios y Pedro, han ido trasladando a la Policía Judicial de la Guardia Civil todos los indicios que les han ido llegando.

De hecho, el pozo que ahora se está investigando por si en su interior se encuentran los restos de la joven, a escasos 200 metros de su casa, ya fue señalado en su día por la madre, asegura.

La mujer indica que un vecino le dijo hace muchos años en el bar que ella regentaba que no iba a ver a su hija más con vida, que la habían matado y que la habían enterrado en algún lugar del barranco de Catarra, donde está el pozo. «Todo lo que he ido sabiendo se lo he dicho a la Guardia Civil».

Hoy se pretenden reanudar los trabajos de búsqueda en la fosa, que ayer se interrumpieron por riesgo de derrumbe. Sin embargo, los trabajos no serán fáciles, ya que según ha indicado la dueña del pozo, hace años se echaron en su interior escombros de una obra realizada. La propietaria lamenta este hecho y ha asegurado que colaborará en todo lo posible.