Las hermanas de la joven asesinada en el crimen de Càlig, en el que también murió un hombre, declararon ayer que el empresario gallego acusado de haber ordenado la muerte de ésta la controlaba 24 horas, la obligaba a mantener relaciones sexuales y la amenazó con matarla si rompía la relación.

El acusado de haber contratado al sicario a instancias del empresario reconoció haber tenido algún contacto con aquel pero insistió en que no tiene «nada que ver» ni ha «encargado nada ni contratado a ningún sicario».

En la madrugada del 11 al 12 de junio de 2005, según el relato de los hechos del Ministerio Fiscal, la víctima y su hermana menor sufrieron un accidente de tráfico cuando volvían de Vinaròs a Càlig y unos amigos acudieron a ayudarlas. La víctima y uno de estos jóvenes fueron al domicilio de éstas en Càlig y allí el sicario, que fue condenado y cumple una pena de 44 años por estos hechos, junto a otras personas no identificadas, acabaron con las vidas de ambos con un arma de fuego. Las hermanas explicaron que el hombre le decía que «iba a terminar tirada en un barranco asesinada y prostituida».