Dos hombres, Antonio M. S. y Tomás P. R., se enfrentan a penas de 9 y 20 años de cárcel, respectivamente, por apuñalar a cuatro personas y agredir a una quinta en el bar «La Piscina» de Turís, el 8 de agosto de 2011. La Fiscalía les acusa de un homicidio en grado de tentativa, tres delito de lesiones con arma y una falta de lesiones, cometidos durante la batalla campal que desencadenaron al inicio de las fiestas de esta población de la Ribera Alta.

Ambos acusados, que eran cuñados en el momento de los hechos, admitieron ayer que bebieron «cazalla, cerveza y güisqui» durante toda la tarde y noche del 8 de agosto. Tomás P. R. agredió a un cliente porque escuchó un «comentario grosero» sobre los gitanos, según su abogada, aunque él no recuerda casi nada de aquel día. Y, a partir de ahí, empezó una batalla campal con los responsables del bar y algunos clientes. Un enfrentamiento que pasó a palabras mayores cuando el otro acusado, Antonio M. S. sacó una navaja con la que acabó dando 13 puñaladas a cuatro personas.

Antonio M. S. admitió ayer ante el tribunal todos los hechos de los que lo acusa la Fiscalía. Sólo alegó en su defensa que sacó la navaja «cuando él [su cuñado] me pidió auxilio porque se sentía acorralado y le estaban pegando. Él empezó la pelea pero yo no le pude parar. Yo sólo quería defender mi vida y la de él. Usé la navaja para apartar a las personas, porque mi situación vital estaba en peligro». Antonio también mostró su arrepentimiento por todo lo sucedido aquella noche en Turís. «Perdí la cabeza y estoy arrepentido de todo lo que pasó ese día, porque he perdido a mi mujer y a mis hijos, que es lo más grande». Al admitir los hechos, la Fiscalía ha reducido de 24 a 9 años de cárcel la petición de pena para Antonio (inicialmente se les acusaba de dos homicidios en grado de tentativa y dos delitos de lesiones con arma).

Su ex cuñado, sin embargo, contó al tribunal que él recibió durante la pelea un fuerte golpe en la nariz, que le rompió el tabique nasal, por lo que se desmayó y no recuerda casi nada de aquella noche. «Yo me enteré de todo por la Guardia Civil, cuando viene a mi casa a detenerme», aseguró. El juicio quedó ayer visto para sentencia en la sección quinta de la Audiencia de Valencia.