La Policía Nacional detuvo ayer a dos hombres, de 42 y 45 años, por su implicación en el homicidio de Abdul, el indigente de 37 años asesinado a golpes y estrangulado el pasado miércoles día 4 en un campo de naranjos del barrio de Campanar, en Valencia. Según confirmaron fuentes policiales, los arrestados, de origen español, son hermanos entre sí y vivían en una chabola cercana al invernadero que Abdul hacía servir de vivienda.

Los ahora detenidos prestaron declaración el mismo día en que falleció Abdul, pero quedaron en libertad al no hallar los investigadores elementos incriminatorios. Ahora, tras las posteriores pesquisas de los agentes, se ha procedido a la detención de ambos por estar presumiblemente implicados en el homicidio del «sintecho».

Según fuentes conocedoras del caso, uno de los dos hermanos confesó haber mantenido una discusión con Abdul durante la cual le asestó golpes y puñetazos. En su declaración ante los policías, el detenido explicó que no tenían intención de matar a la víctima. En el examen preliminar de la autopsia se determinó que el indigente falleció estrangulado, hecho que no reconoció el arrestado.

Aunque en un primer momento se barajó que la causa de la muerte fuera el traumatismo craneoencefálico que presentaba —e incluso no se descartaba que se tratara de un golpe accidental— la autopsia confirmó que la víctima, de origen marroquí, murió asfixiada por estrangulamiento.

Fue precisamente uno de los dos detenidos quien alertó al teléfono de emergencias 112 el pasado miércoles por la mañana, tras presuntamente dejar inconsciente a Abdul a escasos diez metros de la chabola en la que vive junto a su hermano, situada en el camino Padre Barranco de Valencia.

Abdul no residía en dicha chabola, sino en unos invernaderos próximos al lugar, por lo que la policía trataba de averiguar los motivos de por qué estaba allí y quién le propinó los golpes en la cabeza. Fue entonces cuando los dos hermanos se plantearon como los principales sospechosos.

Llevaba dos meses en Campanar

Abdul apenas llevaba un par de meses durmiendo en un invernadero situado en la antigua zona de las Cañas de Valencia, que compartía con un ciudadano de origen rumano, según explicaron a este periódico otros «sintecho» que frecuentan la zona.

Asimismo, según explicaron fuentes cercanas a la víctima, solía moverse en bicicleta y «se ganaba unos euros» como aparcacoches en las proximidades del Hospital Arnau de Vilanova. La Policía Nacional encontró la bicicleta del fallecido precisamente junto a la chabola en la que residen los dos hermanos, ahora detenidos. En aquella primera declaración, las explicaciones que dieron a los agentes sobre cómo encontraron el cuerpo del hombre y cómo había llegado hasta allí ya dejaron muchos interrogantes.