La Sección Primera de la Audiencia de Castelló condenó ayer a 28 años de cárcel al empresario gallego que encargó el asesinato de su expareja y a 30 años al mediador que contrató a los sicarios que mataron a tiros a la joven y a un amigo de la misma, en el conocido como crimen de Càlig. Así se constata en la sentencia hecha pública ayer por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana después de que los dos acusados fueran declarados culpables por un jurado popular.

El magistrado presidente del tribunal impone 28 años de prisión al empresario como autor por inducción de dos delitos de homicidio; al otro acusado le condena a 30 años de cárcel como cooperador necesario de dos asesinatos, mientras que ambos han sido absueltos del delito de allanamiento de morada.

El fallo considera probado que el empresario gallego conoció a la víctima en Cuba cuando ésta «rayaba la mayoría de edad», inició una relación con ella y la trajo a España en 1998. Tras algunas interrupciones en la relación, en 2003 la joven volvió a España y en 2004 su hermana menor se trasladó a vivir con ella a Vinaròs.

El empresario ejercía un «fuerte control sobre ellas», les controlaba las llamadas, sus salidas y entradas de casa y sus amistades, hasta el punto de amenazar a chicos que se relacionaban con la joven. Esta viajó a Italia a ver a su hermana y allí, «previendo lo que podía pasar», escribió una carta en la que decía que si le ocurría algo el único culpable sería el empresario. A principios de 2005 comunicó al empresario su decisión de «romper definitivamente». «Despechado y enfurecido, decidió acabar con la vida de su examante y su hermana menor, contratando para ello a los sicarios que fuera necesario», señala la sentencia.