Un policía local de Valencia que se encontraba controlando el paso peatonal a la salida de los alumnos del colegio Don Bosco, en el valenciano barrio de Tendetes, acudió ayer al rescate de una niña de año y medio que se había quedado sin respiración. Al parecer, los padres de la menor, al ver que su hija no respiraba, la llevaron a una farmacia cercana.

«La gente comenzó a gritarme para que fuera a la farmacia, diciéndome que una niña se estaba ahogando. Cuando entré, la menor estaba azul. La pequeña se encontraba en una camilla y la madre le estaba aplicando insuflaciones en la boca», cuenta Vicente Balaguer, el agente de la Policía Local que ayudó en la reanimación del bebé.

Pensando que se trataba de un caso de atragantamiento, el policía dio la vuelta a la niña y le dio cuatro golpes. Aunque finalmente no resultó ser una obstrucción a causa de ningún elemento ajeno en la garganta de la niña, la maniobra del agente dio resultado. «De pronto recuperó el color de cara y volvía a respirar».

Pocos instantes después, acudió una ambulancia del SAMU hasta la farmacia, situada en el número 13 de la calle Padre Ferris. El vehículo de emergencias sanitarias trasladó a la niña hasta el hospital La Fe, donde quedó ingresada. Según pudo saber el agente, el ahogamiento se produjo a causa de una fiebre muy elevada, que le había provocado un colapso a la menor.

«Nunca me había pasado»

En sus 14 años de servicio, diez de ellos en la ciudad de Valencia, el agente Balaguer, de 40 años de edad, nunca había pasado por un episodio igual. «Alguna vez sí que he tenido que reanimar a personas mayores, pero nunca a un niño tan pequeño», cuenta el policía.