La fundación Apip-Acam inició su trayectoria en 1982. Su programa para mujeres tiene dos vertientes: una dedicada a las víctimas de trata con fines de explotación sexual y otra dedicada a prostitutas. La finalidad de ambas es la misma: abrirles a las mujeres un abanico de posibilidades más allá de hacer la calle y disminuir su riesgo de exclusión social. Para ello realizan las salidas semanales informativas por las zonas «calientes» de la ciudad. Están en contacto directo con la Policía Nacional. Son las guardianas de estas mujeres. Cuentan también con un espacio abierto en el que las usuarias pueden usar los ordenadores para escribir sus currículos, además de tener pisos de acogida y de ofrecer los cursos de formación, la base de la reinserción.

m. b. valencia