La Unidad Militar de Emergencias (UME) peina desde hace semanas una zona de cañar de cerca de cinco kilómetros entre Massanassa y l´Albufera de Valencia en busca del cadáver del vecino de Benetússer desaparecido en mayo de 2014 y presuntamente asesinado en un ajuste de cuentas relacionado con el tráfico de drogas. Las pesquisas de la Guardia Civil les llevaron hasta este lugar apartado y de difícil acceso en vehículo, en el que supuestamente los autores del crimen se habrían deshecho del cuerpo de su víctima. «Sus malas compañías me lo han matado», reconocía entre lágrimas la madre del desaparecido a Levante-EMV hace meses cuando ya intuía el triste desenlace de su hijo.
Francisco Javier V. P., quien este mes habría cumplido 42 años, fue sacado por la fuerza por un grupo de hombres del domicilio de su expareja sentimental, situado en Valencia, a finales de mayo de 2014. Poco después fue visto por última vez con vida en Alcàsser, tras ser identificado cuando iba en un coche en compañía de un hombre con antecedentes policiales. En ese momento la patrulla que los paró no dio importancia a sus identidades ya que la denuncia por su desaparición no sería presentada hasta tiempo después. No obstante, tras una ardua investigación de la Guardia Civil de Alfafar, todos los indicios apuntan en una única dirección. «El Balumba», como era conocido entre sus allegados, habría sido asesinado.
Asimismo, las pesquisas de los investigadores se centran ahora en localizar su cadáver. Parece ser que el punto donde los sospechosos se deshicieron del cuerpo se encuentra en una zona de cañar, situada a lo largo de la Rambla del Poyo hasta su desembocadura en l´Albufera de Valencia. Tanto es así que desde el pasado verano la Guardia Civil ha centrado sus esfuerzos en esta zona, pero dada la vasta densidad de cañas y agua encharcada las labores de búsqueda están resultando muy complicadas y, por el momento, infructuosas.
En el operativo de búsqueda y limpieza de la zona han participado desde el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil (GEAS), perros de la unidad cinológica y la brigada de obras del Ayuntamiento de Massanassa, quienes durante meses llevan quitando millones cañas y rastreando palmo a palmo este lugar lleno de recovecos donde ocultar un cadáver.
Debido a la inaccesibilidad del terreno y la necesidad de maquinaria pesada, la Guardia Civil ha recurrido a la UME para proseguir con las labores de acondicionamiento de la zona y búsqueda del cadáver. Así, desde hace un par de semanas varios militares trabajan con grúas y una apisonadora desde que sale el sol hasta que anochece desbrozando y allanando el camino con la esperanza de encontrar vestigios del crimen que puedan dar paz a una madre que lleva año y medio sin saber qué fue de su hijo.
