Media tonelada de cocaína y casi diez millones de euros en metálico confiscados en un chalé de Picanya en 2013 se han dirimido en la Audiencia de Madrid con 34 años y medio de cárcel para los cinco acusados. Las penas, calificadas por los magistrados como «casi mínimas» dada la elevada cantidad de droga y de dinero procedente del narcotráfico, han sido posibles gracias a la sustancial rebaja que los abogados, entre ellos el letrado valenciano Daniel Sánchez Ramírez, lograron arrancarle a la fiscalía madrileña sin llegar a celebrar la vista oral completa. Así, los cinco acusados, que inicialmente afrontaban penas de hasta 20 años de cárcel, han logrado condenas muy ventajosas: 7,5 años para los dos detenidos en Valencia y 6,5 para los apresados en Madrid.

Los hechos enjuiciados entre finales de noviembre y principios de diciembre salieron a la luz el 13 de noviembre de 2013, cuando agentes del grupo V de la Udyco de Valencia y sus compañeros de la Udyco de Madrid detuvieron a cinco hombres tras una venta de 60 kilos de cocaína.

La sorpresa saltó cuando los policías valencianos entraron en el chalé de Picanya con una orden emitida por un juzgado de la localidad madrileña de Arganda del Rey -la investigación comenzó y se completó en Madrid-. En varias estancias de la casa se acumulaban cajas, unas abiertas y otras cerradas, llenas de paquetes de cocaína y fajos de billetes, muchos de ellos de 500 y de 200 euros, tal como adelantó en su momento en exclusiva Levante-EMV.

La investigación había comenzado en Madrid, al detectar los agentes antidroga de esa ciudad un grupo que se dedicaba al narcotráfico a gran escala. Cuando supieron que iban a cerrar una importante operación, los siguieron sin conocer su destino, que acabó siendo Valencia. Los policías de la Udyco de Valencia, que les dieron apoyo, localizaron el chalé en la calle Vent del Garbí. En la vivienda residían dos primos de origen guatemalteco, responsables de la custodia de la droga -se cree que inicialmente había una tonelada y que los 10 millones confiscados procedían de ventas previas a la intervención policial-.

Una vez que cerraron la venta de 60 kilos, los agentes siguieron a los sospechosos. Los tres que procedían de Madrid iniciaron el regreso a la capital española en dos vehículos: uno con la droga y dos ocupantes y el otro, con el segundo vehículo, que iba abriendo paso para avisar de un eventual control.

Al toparse con la policía en mitad de la autovía A3, se desviaron hacia Villarejo de Salvanés (Madrid), pero ya era tarde: los tres fueron apresados. Los otros dos fueron capturados al entrar en Valencia con un tercer vehículo en el que habían acompañado a los otros durante un trecho.