Un taxista valenciano de 37 años ha ingresado en prisión tras el enésimo episodio de acoso a una joven rumana a la que lleva acorralando desde 2007, cuando la conoció porque accidentalmente tomó su taxi. Al parecer, la obsesión le ha costado ya una sentencia de seis años y medio de prisión, que terminó de cumplir hace tres años, y aún tiene otra más pendiente de dos años de cárcel.
Según fuentes de toda solvencia consultadas por Levante-EMV, el último episodio sucedió el pasado fin de semana. Al parecer, el hombre llamó a las tres de la madrugada por teléfono a la joven y la amenazó en varias ocasiones con frases como «te voy a matar». La víctima, asustada, llamó a la Policía Nacional y contó que no era la primera vez que el mismo sujeto la llamaba, la perseguía y la acosaba.
De hecho, existía una orden de alejamiento decretada por un juzgado que le impedía acercarse o comunicarse mediante cualquier medio con su víctima. Así las cosas, el presunto acosador fue detenido y, tras pasar por los calabozos del complejo policial de Zapadores, fue llevado al juzgado de guardia el pasado lunes.
El juez de Instrucción número 12 de Valencia ordenó el ingreso en prisión en atención a los antecedentes del acusado, quien al parecer lleva sometiendo a un acoso incesante a la misma chica desde el año 2007.
Según la víctima, un día de aquel año tomó un taxi al azar, conducido por el ahora encarcelado. Al finalizar el servicio, el taxista le ofreció que se intercambiaran los teléfonos con la excusa de que podía llamarle en cualquier momento para cualquier traslado que necesitase. La chica cometió el error de dárselo y ahí comenzó un calvario que se sustancia en varias detenciones y condenas por el mismo motivo: acosar a la joven.
De hecho, las fuentes consultadas explicaron que el acusado ya ha cumplido una sentencia de seis años y medio de prisión que le fue impuesta en 2008 y el próximo mes de enero estaba previsto que regresara a la cárcel para cumplir otros dos años más impuestos en una sentencia posterior por otro episodio de acoso a la misma mujer.
Sin embargo, su entrada en la cárcel, aunque hasta enero sea prisión provisional, se ha adelantado por la llamada telefónica de las tres de la madrugada amenazándola con matarla si no accedía a verle de nuevo. Ese nuevo acercamiento le ha servido para acumular otro expediente más, en este caso por un delito de coacciones.
