La Policía de la Generalitat, en colaboración con la Policía Nacional de Paterna detuvo a 46 personas por presuntamente participar en el robo de 117.000 kilos de algarroba, que posteriormente se vendieron de forma ilegal tras falsificar su documentación.

Según indicaron fuentes del cuerpo autonómico, otras 27 personas serán investigadas para concretar su participación en esta trama de venta ilícita de algarrobas que se había sustraído en la provincia de Valencia. La operación se ha desarrollado durante varios meses, puesto que se inició en septiembre y se desarrolló en las comarcas de Camp de Túria y la Hoya de Buñol, si bien desde la policía no concretaron los municipios en los que los agentes estuvieron trabajando.

Esta operación, que se enmarca dentro de la campaña de prevención de robo de la algarroba y la almendra, les llevó hasta un almacén situado en Paterna, donde los agentes se percataron de un incremento inusual de la venta de algarrobas, tras comprobar la documentación obligatoria para la comercialización de productos agrícolas, conocida como DATA.

Los agentes tras analizar los documentos que debían registrar la trazabilidad de la algarroba, y tras inspeccionar el almacén de Paterna detuvieron a sus propietario, al que los agentes acusan de un delito de receptación y falsificación de los DATA para poder «colocar» la mercancía en el mercado como legal. Asimismo, los agentes arrestaron a otras 45 personas que según la policía se encargaban de robar en los campos y de la falsificación de documentos.

Desde este almacén se habrían distribuido 117 toneladas de algarroba robada. La policía recordó que Valencia es la provincia líder en producción de algarroba de España y que es una legumbre cada vez más cotizada.

«El delito les sale rentable»

Según explicó ayer a este diario el presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores, Cristobal Aguado, este mayor interés por la legumbre se debe a que cada vez hay menos campos productores de algarroba, por lo que hay más demanda. Sin embargo, añadió que su precio se ha mantenido y que su uso de se ha diversificado, llegando incluso a la fabricación, con sus derivados, de productos informáticos.

Además, indicó que «hay mucho esfuerzo por parte de los cuerpos de seguridad por detener a los ladrones, pero luego cuando pasan a manos de la justicia falta contundencia en las penas».

«Salen de nuevo a la calle y hacen del robo en el campo una profesión», destacaba indignado Aguado, quien indicaba que robos como este «demuestran lo organizados que están los ladrones y lo rentable que le sale el delito».