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Juzgan a los dueños de una inmobiliaria por estafar 288.000 euros a dos jubilados

Los acusados, que afrontan 6 años de cárcel cada uno, les permutaron un chalé por un piso hipotecado

Juzgan a los dueños de una inmobiliaria por estafar 288.000 euros a dos jubilados

Un matrimonio de jubilados, él con una enfermedad psicodepresiva y ella con una minusvalía del 68 por ciento, vendieron en 2006 su chalé de Tavernes de Valldigna a los dueños de una inmobiliaria. Como pago los ancianos acordaron recibir la cantidad de 60.000 euros más la permuta de un apartamento en este mismo municipio. Sin embargo, dos años después descubrieron que entre los papeles que les habían hecho firmar en una notaría se encontraba un préstamo hipotecario por valor de 168.000 euros, dinero del cual en ningún momento dispusieron, según aseguraron ayer durante el juicio las víctimas. «Yo ya tenía una hipoteca, ¿cómo iba a firmar otra? Yo solo quería una permuta, pero nos engañaron y al final nos han quitado el chalé y el apartamento», se lamentaba José.

Ahora los dueños de esta inmobiliaria de Tavernes de la Valldigna, un padre y su hijo, se enfrentan a una posible pena de seis años de prisión para cada uno por un delito de estafa, según la petición del Ministerio Fiscal. Asimismo también deberían indemnizar al matrimonio con 288.000 euros más los intereses legales. De hecho, en las pruebas aportadas por la acusación solo figura el ingreso de 28.000 euros en la cuenta de las víctimas, de los 40.000 euros que recibieron en el único pago hasta la fecha por su chalé. «Nos dijeron que los otros 20.000 euros eran para los gastos de gestión», explicó el supuesto estafado.

Por su parte, ambos acusados defendieron ayer su inocencia durante el juicio celebrado en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Valencia. El hijo, quien supuestamente fue el encargado de llevar a cabo todas las gestiones, con la única excepción de la compra a medias del chalé junto a su padre, trató de argumentar que desde el primer momento se trató de dos operaciones totalmente distintas y que no hubo permuta alguna. «Estaba harto de vivir en el campo y vino a nosotros porque quería irse a un piso». Así, según explicó el acusado le pagaron 60.000 o 70.000 euros, «no lo recuerdo bien porque en aquella época era normal pagar una parte en 'b'». Posteriormente le vendieron un apartamento por 90.000 euros.

El notario corroboró durante el juicio que en la firma de la hipoteca se les explicó a los clientes los pormenores de la operación. No obstante, no consta en la causa ningún documento que acredite que éstos entregaran al banco la documentación necesaria para la solicitud de la misma. Además, con una pensión de 765 euros y soportando otra hipoteca de otro banco, el director de esta sucursal declaró en el juicio que duda que la hubieran autorizado.

Figuraba como apoderado

Asimismo, el hijo figuraba como apoderado en la cuenta donde se depositaron los 168.000 euros del préstamo, de donde se sacaron los 90.000 euros del pago al propietario del apartamento y 800 euros mensuales que supuestamente fue abonando el acusado para amortizar la hipoteca. Según el fiscal, dichos pagos se hicieron en metálico y en caja para ocultar la existencia del préstamo a los denunciantes.

Para tratar de justificar dichos pagos el acusado alegó que se trataba de un extraño contrato de arrendamiento del piso que acababan de adquirir las víctimas. Transcurridos dos años dejaron de abonar las mensualidades y el banco requirió el dinero a los estafados, quienes en 2010 fueron desahuciados del apartamento.

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