Adriana, la mujer acuchillada por un antiguo novio en la madrugada del 31 de diciembre mientras dormía en una casa de la pedanía valenciana de la Punta, relató ayer a Levante-EMV los malos tratos y el acoso que sufría por parte de su agresor desde que decidió abandonarlo para regresar junto a su marido, quien se encuentra en prisión por otra causa. La víctima, de 31 años y nacionalidad rumana, explicó que estaba harta de sus palizas y había decidido no volver a irse con él «nunca más». «Me pegaba siempre y me obligaba a hacer cosas con hombres que yo no quería», confiesa la mujer respecto a si su compañero la explotaba sexualmente.
La agredida explica que ya no tenía una relación amorosa con el acusado, pero pese a ello éste seguía acosándola. Así, apenas un día antes de que entrara a hurtadillas en el bajo donde pernoctaba la víctima para acabar con su vida, hecho que adelantó en exclusiva este periódico, su maltratador se la llevó por la fuerza y la amenazó de muerte para que volviera con él. «Me ató la boca y me llevó a las vías del tren. 'Yo me voy a la cárcel pero yo a ti te mato', me dijo», según recuerda la mujer.
No era la primera vez que la agredía, en el mes de marzo esta misma persona ya fue arrestada también por agredir a su expareja y obligarla a prostituirse.
Tras permanecer quince días ingresada en estado grave en la Unidad de Reanimación del Hospital La Fe de Valencia, la agredida ha pasado a planta y se espera que hoy o mañana reciba el alta. La mujer ha tenido que ser intervenida del pulmón, ya que las cuchilladas que le asestó su agresor le perforaron dicho órgano. «No sé cuántas puñaladas me dio, yo estaba durmiendo y no he querido preguntar a los médicos», señala todavía dolorida en la cama del centro hospitalario.
Su presunto agresor, M. M., de 34 años y también rumano, permanece en prisión provisional después de ser detenido por la Policía Nacional apenas unas horas después de cometer los hechos. El hombre, que cuenta con numerosos antecedentes, está acusado de un delito de homicidio en grado de tentativa aunque los hechos podrían ser calificados como tentativa de asesinato, ya que atacó a su víctima a traición mientras se encontraba en la cama de espaldas. «No escuché nada, yo estaba durmiendo. Iba a matarme porque no quería volver con él», recuerda todavía con miedo. De hecho, de no ser por la rápida intervención de los servicios sanitarios de emergencia la mujer habría muerto desangrada en el lugar.
