Uno de los hombres que secuestraron a una pareja de hermanos de Massamagrell se habría excusado ante las víctimas, diciéndoles que estaba participando del robo porque sus cómplices también le habían extorsionado, secuestrando a su familia. Según ha podido saber este diario, esta situación se produjo cuandos el secuestrador retenía a los empresarios en una zona de campo, mientras los otros dos ladrones se hacían con un botín, que como informó Levante-EMV en exclusiva podría alcanzar los 30.000 euros en metálico.

Los tres hombre actuaron encapuchados y portaban armas de fuego. En el momento en el que dos de los atracadores se fueron para asaltar la caja fuerte, uno de ellos se quedó custodiando a las víctimas, y al parecer hubo un intercambio de palabras.

Así, según ha podido saber este diario, el secuestrador les aseguró que actuaba obligado por los otros dos. La Guardia Civil, que se ha hecho cargo de la investigación deberá determinar la veracidad de esta supuesta afirmación o si el ladrón únicamente trataba de despistar a las víctimas con información falsa para complicar las detenciones. También podría darse la circunstancia de que el individuo estuviera arrepentido de lo que estaba llevando a cabo y por lo tanto buscó excusarse ante las víctimas. Todo apunta a que no hubo ningún otro intercambio de información que pudiera delatar al grupo de secuestradores, a los cuales tratan de poner nombre los investigadores.

Los secuestradores actuaron encapuchados, por lo que las víctimas no pudieron identificarles. Además, abandonaron en el barrio de Malilla de Valencia el vehículo utilizado en el rapto tras incendiarlo para borrar huellas o elementos del coche que les pudiera delatar.

No se creyeron el engaño

Como informó este diario, los hechos ocurrieron en la noche del jueves, cuando las víctimas salían de su empresa de Rafelbunyol y fueron abordados por tres hombres que decían ser agentes de la Guardia Civil. Los dos hermanos se percataron rápido del engaño e intentaron huir, pero fueron interceptados e introducidos en el coche con el cual fueron trasladados a una zona de campos de naranjos. Allí fueron golpeados, maniatados y amenazados.

Los asaltantes lograron con amenazas de muerte que les entregaran las llaves de su casa en Massamagrell y la clave de la caja fuerte. Dos de ellos fueron a la casa y lograron llevarse unos 30.000 euros en metálico. Mientras otro se quedó con ellos y una vez conseguido el botín les dejaron libres tras una hora de secuestro. Posteriormente la Policía Local de Valencia encontró el coche utilizado en el secuestro totalmente destrozado.