La familia del niño de once años que se suicidó en octubre pasado en la localidad madrileña de Leganés agradeció ayer a la defensora del pueblo su apoyo a la investigación del caso anunciada por la Comunidad de Madrid e insistió en que debe ser investigada una «posible agresión sexual».

El niño Diego González, de once años, se suicidó en octubre pasado en su vivienda de Leganés por un presunto caso de acoso escolar en el colegio madrileño Nuestra Señora de los Ángeles. El abogado de la familia, Robinson Guerrero, ha explicado que fue el propio Juzgado de Instrucción de Leganés el que puso a los padres sobre la pista de una «eventual agresión sexual», y el que decidió tomar unas pruebas al cadáver. La familia, según el abogado, quiere que esas pruebas sean analizadas y se termine esa vía de investigación, y advierte de que el colegio está poniendo trabas.