La Audiencia de Alicante sentó ayer en el banquillo a un maltratador reincidente acusado de haber rociado a su expareja con un líquido abrasivo en Torrellano. La mujer pudo protegerse y el producto sólo le alcanzó la espalda, aunque la rápida intervención de la Policía que estaba en las inmediaciones y que le roció con abundante agua evitó que las lesiones fueran a más y no tuvo secuelas.

Según el escrito de acusación, el ataque, perpetrado el 28 de junio de 2014, fue el desenlace de una serie de amenazas y coacciones que había ido sufriendo la víctima que fueron desde llamadas y mensajes amenazantes, a haberla tratado de atropellar con el coche en Torrellano. A esto se añade que el acusado tenía dos condenas anteriores por malos tratos, así como una orden de alejamiento que le impedía acercarse a su víctima.

La Audiencia de Alicante dejó ayer visto para sentencia el juicio, que se celebró a puerta cerrada por petición expresa de la víctima para preservar su intimidad. El fiscal pedía inicialmente penas que sumaban más de catorce años de prisión por tres delitos de amenazas, tres de coacciones y otro intentado de lesiones. Ayer al término de la vista oral agrupó las amenazas y las coacciones en un delito continuado y acusó también al procesado por la ruptura de la orden de alejamiento. Ayer, el acusado se limitó a negar hasta su presencia en el lugar.