«¡Al suelo, al suelo! ¡Que se tiren al suelo». Los gritos de los agentes de la Guardia Civil y la Policía Local para que los atracadores de un banco de Nules depusieran su actitud sobresaltaron la tranquilidad de los vecinos de este municipio castellonense. Los asaltantes, que accedieron al interior mediante un butrón, habían maniatado al director de la sucursal del banco Santander. Los hechos ocurrieron a primera hora cuando el banquero entró y se encontró con tres encapuchados dispuestos a robar en pocos minutos y marcharse a toda prisa.

Con lo que no contaban los atracadores, con toda probabilidad, era con la presencia de testigos en la calle. En concreto, una joven que esperaba a su madre para sacar dinero precisamente de esa entidad y que pronto descubrió que dentro de la oficina había movimiento y que las personas que podía distinguir llevaban pasamontañas. Sorprendida por los hechos informó a otro vecino que pasaba por ese mismo punto, al tiempo que un agente de la Policía Local se disponía a acudir a Correos para realizar gestiones ordinarias, por lo que le alertaron de inmediato sobre lo que estaba sucediendo. De este modo, la casualidad y la misma rutina de su trabajo, le llevó a ser el primero en alertar sobre el robo mientras permanecía frente a la oficina bancaria hasta la llegada de la Guardia Civil.

En pocos minutos se agruparon hasta cuatro agentes municipales, bloqueando la salida de los presuntos delincuentes empuñando sus armas, ante la mirada de numerosos vecinos que ya circulaban por la zona, dado que el Santander se encuentra en el centro de Nules, a escasos metros de la plaza Mayor y del retén de la Policía Local. Hasta la sucursal acudieron patrullas de la Guardia Civil de varios municipios, que de inmediato tomaron el control de la situación, acordonando la zona y exigiendo a las personas que estaban en el interior que se lanzaran al suelo. Los tres asaltantes, que solo llevaban armas blancas, optaron por rendirse. Asimismo, liberaron al único rehén, el director de la oficina, que salió maniatado.

Uno de los tres atracadores detenidos intentó escapar por el mismo lugar por el que había entrado, un butrón perforado en la pared de la entidad que linda con una vivienda abandonada.