Un jurado popular declaró ayer culpable al hombre de 63 años que mató de dos disparos de escopeta al novio de su hija en la pedanía requenense de El Azagador en diciembre de 2012. Los miembros del tribunal han considerado probado que el acusado acabó con la vida de su futuro yerno porque era extranjero, concretamente rumano, circunstancia que, según el fiscal, le causaba una «inmensa repulsa» y que «era incapaz de asumir», según informaron fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana.

Los hechos ocurrieron la noche del 5 de diciembre de 2012 cuando el acusado acudió a la casa de la víctima, en El Azagador, armado con una escopeta y nada más abrirle éste la puerta le descerrajó dos tiros que acabaron con su vida. El fallecido, Vasile Pohaidac, de 38 años, y el acusado eran amigos hasta que el primero comenzó una relación sentimental con la hija de este último, quien no aceptaba tener otro yerno extranjero, ya que su otra hija estaba casada con un ciudadano argelino.

En el juicio, que comenzó el pasado 26 de enero en la Audiencia Provincial de Valencia, Emilio H. A. reconoció el crimen pero negó una y otra vez el móvil racista, agravante que sí contempla el Ministerio Fiscal, que solicita par él una pena de 17 años de prisión. «Lo maté porque creo que es lo que tenía que hacer», se le escapó ante las preguntas de la fiscal durante su declaración. No obstante, el ahora declarado culpable por el jurado quiso aclarar que se refería a que si no lo mataba, «él sería el cadáver», alegando como eximente «miedo insuperable».