La investigación llevada a cabo por el grupo de Homicidios de la Policía Nacional de Valencia ha determinado que Pablo Sánchez López, el hombre cuyo cadáver fue encontrado en la calzada de la calle Mestre Racional a primera hora de la mañana del pasado 30 de enero, no fue atropellado, como se creyó en un primer momento, sino que murió al arrojarse voluntariamente desde la azotea de un edificio contiguo al suyo, en la calle Salamanca.

Fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Valencia informaron ayer de que los investigadores han llegado a esa conclusión tras una minuciosa inspección no sólo del punto de impacto, en la calle, sino de las azoteas de su edificio y los colindantes.

Inicialmente se barajó la tesis del atropello, pero la revisión de las cámaras de toda el área próxima y la ausencia absoluta de vestigios de vehículo alguno o de restos del supuesto atropello, llevaron a los agentes a modificar la línea de investigación y empezar a considerar el suicidio por precipitación, dado que las lesiones que presentaba eran compatibles con ambos hechos.

Una vez inspeccionadas las azoteas, llegaron a la conclusión de que había saltado desde la suya a la del edificio colindante, que sí da a Mestre Racional, para precipitarse desde ésta última por razones que no dejó anunciadas. La policía basa sus conclusiones, entre otras cosas, en el hallazgo de pisadas compatibles con el calzado de Pablo en esa azotea, así como de restos de pintura como la del muro de la terraza en el pantalón del uniforme que vestía, ya que en teoría se dirigía a su trabajo, en una gasolinera de Benimaclet.