«Mi marido no es violento, no sé lo que le ha pasado. Se le ha tenido que ir la cabeza de la peor manera para hacerle a mi hijo lo que le ha hecho». Son las palabras de la madre de Jorge, el joven de 24 años a quien su padrastro acuchilló mientras dormía en la casa familiar, en Bèlgida, el lunes por la mañana, tal como adelantó ayer en exclusiva Levante-EMV.

La mujer permanece al lado de su hijo, ingresado en la UCI de un hospital de Valencia. La buena noticia es que «ha salido de la fase crítica y ya he podido hablar con él. Está evolucionando muy bien. Es un chico joven, fuerte y sano», explica la mujer. Jorge fue sometido a una operación de urgencia en la que los cirujanos repararon los daños que el cuchillo le causó en el hígado, un pulmón y en el diafragma.

Los médicos son optimistas y creen «que podrá pasar a una habitación en planta en breve», agrega la madre, que no se explica qué pudo suceder. Afirma que no había problemas y que ella misma había hablado poco antes con su marido, que había ido a llevar a la hija pequeña al colegio y que supuestamente atacó a Jorge cuando regresó al domicilio.

Los hechos sucedieron pasadas las nueve y media de la mañana, cuando Jorge aún dormía. Según el relato del joven, se despertó cuando su padrastro lo estaba atacando con un cuchillo de cocina sin razón aparente. Ambos estaban solos en casa porque la madre y el hermano mediano de la víctima estaban trabajando, y la menor de los tres hijos estaba en el colegio.

Jorge pudo escapar del ataque y salió corriendo a la calle, con el cuchillo aún clavado en el pecho, tras lo cual se refugió en casa de una vecina, que fue quien alertó a la Guardia Civil y pidió ayuda médica urgente. Entre tanto, el presunto agresor se encerró en la casa y le prendió fuego, lo que obligó a desalojar a una decena de vecinos de las viviendas colindantes.

Una vez extinguido el fuego por los bomberos, entró la Guardia Civil y rescató al supuesto agresor, que estaba encerrado en el baño y con síntomas de intoxicación por inhalación de humo, lo que obligó a trasladarlo al Hospital Lluís Alcanyís, donde permanecía ayer bajo custodia policial a la espera de pasar a disposición judicial.