José Luis C. B., de 42 años, se enfrentaba a trece años y medio de prisión acusado de secuestrar a una mujer en noviembre de 2013 en la Pobla de Vallbona, rociarla con un spray, amenazarla con una pistola para robarle y arrollarla con el vehículo. La Audiencia Provincial de Valencia lo ha absuelto de todos los cargos al considerar que los hechos sí se produjeron tal cual relató la víctima, pero que el acusado no es el autor de los mismos ya que el día de autos éste se encontraba en Zamora, municipio donde residía por aquel entonces.

La sentencia cuestiona la fiabilidad del retrato robot que permitió llegar hasta el sospechoso y considera que la identificación que realizó la víctima de él, tanto fotográfica como en la rueda de reconocimiento y en el propio juicio, es «de calidad objetivamente cuestionable». De hecho, especifica que la agredida en la primera descripción que dio a los agentes sobre su agresor manifestó que la edad oscilaba entre los 50 y los 60 años y éste tenía «una calvicie avanzada». Rasgos que no coinciden con los de la persona detenida y que no se reflejaban en el citado retrato robot, al igual que la ausencia de piezas dentarias, característica que sí que presentaba el sospechoso.

La Audiencia considera así que el reconocimiento fotográfico efectuado por la víctima lo fue de «una sola fotografía» y plantea que éste «pudiera estar inducido indirectamente». Asimismo, dos testigos que declararon en el juicio situaron al acusado en Zamora el día de los hechos, corroborando de esta forma su coartada.

El fallo también remarca que «no ha quedado acreditado que la furgoneta usada por el acusado fuera un vehículo como el utilizado por el agresor». Del mismo modo, respecto a la pistola que la exmujer del acusado encontró en una nevera de «camping» y entregó a la Guardia Civil, la sentencia considera probado que era «de juguete» y no puede establecer que sea el arma con la que la víctima fue intimidada.

«En la sentencia se recrimina que hubo una línea de investigación que no se desarrolló», explica el letrado de la defensa, Alberto Giordani, quien sostiene que van a pedir responsabilidades a la Administración de Justicia. «No encontraron a otro y lo pagué yo», se lamentaba José Luis, quien pasó nueve largos meses en prisión provisional en una cárcel de Salamanca. El ahora absuelto asegura que dichas acusaciones le han costado su salud, la pérdida de su trabajo en la doma de caballos y la vergüenza que han tenido que soportar sus familiares, principalmente sus hijos. «Quiero que todo el mundo sepa que soy inocente para recobrar mi vida», remarcó visiblemente afectado.