Un hombre de 37 años acabó detenido el martes por un delito contra la salud pública después de que él mismo telefoneara a la Policía Nacional al sentirse amenazado por dos desconocidos que se identificaron como guardias civiles y que presuntamente trataban de apoderarse de la droga que ocultaba en su domicilio, en el barrio valenciano de Benicalap. Cuando los agentes registraron la vivienda, previa autorización del morador, éstos hallaron una importante plantación de marihuana con más de medio centenar de plantas, así como útiles para su cultivo y crecimiento. Así, lo que comenzó como un aviso de una persona nerviosa que pensaba que querían asaltarlo en su casa acabó con el propio reclamante arrestado por tráfico de drogas.

Los hechos ocurrieron en torno a las 14.30 horas del martes cuando la sala del 091 recibió una llamada de un vecino de la calle José Grollo de Valencia, quien, muy alterado, aseguraba que dos personas trataban de acceder a su domicilio tras identificarse como agentes de la Guardia Civil, pero que dudaba que lo fueran. «Se ve que lo han abordado en la escalera cuando volvía de sacar al perro y comprarse la comida», explicaba un vecino que escuchó lo ocurrido. «Estaba muy nervioso, se le ha caído el plato con la paella por las escaleras y se ha encerrado en casa», apuntó este testigo.

Una vez refugiado en su vivienda y ante el temor de que se tratara de delincuentes, este hombre telefoneó a la Policía Nacional y pidió ayuda, sin pararse a pensar en que sería él quien acabaría detenido por la plantación de marihuana que ocultaba en la casa. De hecho, cuando los agentes llegaron al lugar los supuestos falsos guardias civiles ya habían huido y lo único que quedaba era un fuerte olor a marihuana que impregnaba toda la finca.

La policía solicitó al reclamante entrar en la viveinda, a lo que éste accedió tras admitir que tenía un par de plantas de marihuana para consumo propio. Sin embargo, los agentes hallaron mucho más: más de medio centenar. Además, la Policía Nacional se incautó de útiles para su cultivo y dinero en metálico. «Han estado sacando cosas hasta las doce de la noche», apuntó un vecino de la finca.

«Claro que sabíamos que tenía marihuana en la casa, olía mucho como para no darse cuenta y siempre había un gran trasiego de chavales», explicaba este vecino, quien incluso manifestó que esto había sido motivo de discusión en alguna reunión de propietarios de la finca.