Santiago J. P., de 66 años, fue encontrado el pasado 21 de marzo muerto de un disparo en su domicilio de la avenida del Cid de Valencia. La comisión judicial que le llevaba la orden de lanzamiento por el impago del alquiler halló el cadáver del sexagenario, quien acabó con su vida la noche anterior, horas antes de que fuera a hacerse efectivo su desahucio. Este es solo uno de los numerosos suicidios que se producen al año en la provincia de Valencia, y de los cuales no se informa para evitar el llamado efecto imitación. No obstante, y pese a que la cifra sigue siendo preocupante con una media de tres casos a la semana, el número de muertes violentas de etiología suicida ha bajado un 27 por ciento en los últimos cinco años en la provincia de Valencia, alcanzando mínimos históricos con 152 fallecidos en 2015, según datos del Instituto de Medicina Legal de Valencia (IML).
Aunque existe la percepción que cada vez hay más casos de suicidio, durante la última década el número de muertes voluntarias se ha mantenido más o menos estable sin que se observe una progresión de un año a otro, situándose entre los 184 y los 229 casos, según reflejan las memorias anuales de las autopsias realizadas en el IML de Valencia. Especialmente significativo es el descenso experimentado el pasado año 2015, cuando se bajó hasta los 152 casos.
Algunas fuentes consultadas por este periódico apuntaron que el origen de este descenso del 27 por ciento puede ser debido a que durante los años de crisis, en los que no se detectó un incremento en la cifra total, la densidad de población se estancó e incluso se experimentó un ligero descenso con la fuga de españoles al extranjero en busca de trabajo y la de inmigrantes que regresaban a sus países de origen. Así, pese a ello las cifras seguían siendo elevadas por aquellos casos de gente que asfixiada por las deudas (aunque siempre influye más de un factor) optaban por la salida más rápida y triste posible. Una vez superada en parte esa crisis y con los niveles de población todavía bajos, el número de suicidios se ha situado en la provincia de Valencia en mínimos históricos anteriores al año 2000.
El fracaso de la sanidad española
No obstante, «el suicidio sigue siendo el gran fracaso de la sanidad española», aseguran fuentes expertas en psiquiatría forense, quienes critican que no se invierta en el tratamiento de personas con depresión y tendencias autolíticas. Del mismo modo, cabe recordar que desde el año 2008 el suicidio es la primera causa de muerte violenta en España por delante incluso de los accidentes de tráfico, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Respecto al sexo de los fallecidos se observa claramente que los hombres se suicidan mucho más que las mujeres, con 127 casos de varones en la provincia de Valencia durante el 2015, por solo 25 mujeres muertas, según datos del IML. En cuanto a la tipología de la muerte de etiología suicida la mayoría de casos se produce por ahorcadura (71), seguido de la precipitación (46) y siete casos por arma de fuego.
Expertos forenses sostienen que es positivo hablar sobre el problema para analizarlo y combatirlo y que debería de dejar de ser un tema tabú en los medios de comunicación. Así, reclaman una mayor atención a las personas con patologías suicidas y con antecedentes por depresión. Asimismo, si el oscurantismo que hay entorno a los suicidios desaparece «los familiares de las personas fallecidas verían también lo ocurrido como algo propio de una enfermedad, evitando así el sentimiento de culpa». En Valencia las personas en situación de crisis emocional cuentan con el llamado teléfono de la esperanza: 963916006, que atiende las 24 horas.
