Agentes del equipo de investigación de incendios de la Guardia Civil continuaron ayer tomando muestras y desmontando los escombros reducidos a cenizas de la finca La Creueta de l'Alcúdia, en la que en la madrugada del lunes murió abrasada una pareja lituana, en un intento por determinar el origen del fuego.

De momento, según ha podido saber Levante-EMV, la Guardia Civil no ha encontrado ninguna prueba de que el incendio tuviera un origen intencionado, pero tampoco de que un accidente iniciase el siniestro que costó la vida a la pareja que vivía en la casa, Araunas K. y Zana C.

Tal como informó ayer este diario, el hombre saltó envuelto en llamas desde el primer piso y su cuerpo sin vida fue encontrado caído al pie de la casa, mientras que el cadáver carbonizado de Zana estaba acurrucado junto a una de las ventanas con verja de la planta baja de la casa, en la que ambos residían como guardeses de La Creueta.

La virulencia del incendio ha sorprendido a los investigadores. Aunque ese hecho aislado no es suficiente para determinar que las llamas fueron provocadas, sí resulta sospechoso, por lo que los agentes tratan de buscar si entre los escombros hay vestigios de alguna sustancia acelerante del fuego.