Una semana entera ha permanecido el cadáver de una mujer de 55 años en una de las salidas de emergencias de los cines ABC Park de Valencia con las salas a pleno rendimiento y sin que ningún empleado se percatara de su presencia hasta ayer. Mientras los espectadores se dejaban llevar por la risa, el llanto, la tensión, la intriga o la acción, la Policía Nacional y la Guardia Civil trataban de dar con el paradero de Concha M. N., desaparecida sin dejar rastro el martes pasado cuando salió de casa sin decir adónde. Todo apunta a una muerte natural o accidental, cuando la mujer trató de salir a la calle por la puerta de emergencias del cine, tras haber ido sola a ver una película.

El cuerpo sin vida de Concepción fue encontrado a las cuatro menos cuarto de la tarde de ayer por un encargado del citado cine, sito en la céntrica calle de Roger de Lauria, que decidió abrir una de las salidas de emergencias del primer piso ante el fortísimo hedor que inundaba desde el lunes el distribuidor y las cinco salas más cercanas a éste.

«Cada vez era más insoportable», explica un empleado, quien agrega que «empezamos a notarlo ya mucho el lunes, pero pensamos que el mal olor venía de las tuberías de los baños masculinos. Cuando abrimos las puertas de los cines, ayer tarde, empezamos a buscar de dónde venía, porque ya era mucho más fuerte que el lunes».

Caída accidental o indisposición

Al abrir una de las puertas de emergencias, vieron el cuerpo sin vida de una mujer, caído al pie de las escaleras que conducen al exterior, a la calle Sagasta. Tras el susto inicial, el encargado alertó al 112, que envió varias dotaciones de la Policía Nacional al lugar. Poco después acudieron agentes del grupo de Homicidios y de inspecciones oculares de la Policía Científica.

La autopsia realizada por el Instituto Anatómico Forense al cadáver ha confirmado que falleció a consecuencia de una caída, han confirmado a fuentes cercanas al caso.

De hecho, fuentes policiales explicaron ayer que las dos hipótesis con las que se está trabajando es que o bien la mujer se sintió indispuesta y, al salir en busca de aire fresco o de ayuda, se equivocó y abrió la puerta de emergencias, donde habría sufrido un desvanecimiento; o bien erró al tratar de abandonar el cine y accedió a la salida de emergencias, donde habría caído por la escalera debido a, entre otras cosas, la escasa iluminación en esa zona.

La Policía Nacional descarta por completo que se trate de una muerte homicida, salvo que los forenses encuentren hoy durante la autopsia en el Instituto de Medicina Legal alguna señal de agresión o marca violenta que hubiese pasado desapercibida ayer, en el primer examen del cuerpo que realizó el forense de guardia. De momento, únicamente se le ha apreciado un golpe en la cabeza que le provocó una hemorragia, golpe totalmente compatible tanto con la caída accidental como con la muerte natural (en este caso, la brecha sería posterior al óbito, una lesión típica en los fallecimientos repentinos que sorprenden a la víctima de pie).

Nadie limpia tras esa puerta

Con todo, la pregunta continúa siendo cómo nadie se percató de la presencia de un cadáver en un lugar tan concurrido como un cine con doce salas y proyecciones continuadas a lo largo de más de ocho horas diarias.

La clave parece estar en que el servicio de limpieza repasa diariamente todas las dependencias del cine „muchas de ellas en varias ocasiones„, menos las salidas de emergencias. Algunos empleados calculan que la puerta utilizada por Concha «no ha sido abierta en muchos meses, incluso un año. Lo que está claro es que no llegó a abrir la puerta exterior, la que da a la calle, porque si no, se habría encendido una luz y habría sonado una alarma, y nos habríamos dado cuenta».

Todo apunta a que la mujer fue sola al cine el pasado martes por la noche, por lo que nadie alertó a los empleados de los ABC Park de que una espectadora había desaparecido misteriosamente en sus instalaciones en mitad de una sesión vespertina. Al día siguiente, el marido, dueño de un establecimiento en Alboraia, acudió a la Policía y denunció la desaparición, asustado porque su mujer no había regresado la noche anterior ni contestaba al móvil.