La Audiencia Provincial de Castelló acogió ayer la primera sesión del juicio a Jaime Giménez Arbe, el Solitario, acusado de tres delitos de homicidio en grado de tentativa y de robo con violencia por el atraco a un banco en la Vall d'Uixó en 2000, unos hechos por los que se enfrenta a una pena de 31 años de cárcel. Según aseguró en su declaración ante el juez, «si hubiera querido matar a algún policía, habría matado a cuatro o cinco». Su intención, señaló, no era acabar con la vida de ningún agente, sino zafarse de ellos. «Mi nivel (disparando) era muy elevado. No era Billy el Niño, pero casi», afirmó el acusado, quien presumió de haber realizado un curso de paramilitar en Estados Unidos en el que obtuvo una nota de 9,5.

Los hechos enjuiciados ocurrieron en mayo del año 2000 cuando el ahora procesado acudió disfrazado a una sucursal de la Caja Rural San Isidro, amenazó a varios empleados y se llevó más de 20.000 euros en un maletín. Durante su huida, en plena calle, fue sorprendido por varios policías locales, a quienes disparó. Tres de ellos resultaron heridos graves y durante el tiroteo otro agente murió al recibir un disparo accidental de un compañero, que fue condenado en 2004.

«No robo, yo expropio»

Dieciséis años después del suceso, el famoso delincuente, que cumple condena por asesinar a dos guardias civiles en Castejón (Navarra) y cuenta en su haber con numerosos atracos en toda España, se volvió a sentar ayer en el banquillo de los acusados, desde donde saludó sin sonrojo a las cámaras mientras le fotografiaban. Con aire resuelto, relató ante el tribunal su versión de lo sucedido. A la primera pregunta del fiscal sobre el atraco, contestó: «Nunca lo denomino atraco, sino expropiación, yo no robo, yo expropio». De la misma forma negó haber amenazado a los empleados de la sucursal: «No les amenacé, les conminé».

Respecto al tiroteo en la calle, Giménez Arbe negó haberlo iniciado, fueron dos agentes de la Policía Local de la Vall d'Uixó los primeros en abrir fuego, según su versión. «Me tenía que defender, se pasaron de la raya, si no hubieran disparado, no habría pasado nada (...), fui más generoso que ellos y les disparé en las piernas, sólo quería herirles para huir», relató.

Buena parte de su argumentario se basó en desacreditar la actuación de los agentes. «No comprendo la falta de profesionalidad de los policías locales, —señaló— disparaban como auténticos locos, como posesos». Además, a la vez que se jactaba de su «profesionalidad» en el atraco, tachó de «incívico» el comportamiento de los vecinos que recogieron del suelo los billetes que se cayeron del maletín en la huida: «No preguntaron ni de dónde venía el dinero», lamentó.

En la primera sesión del juicio seis agentes de la Policía Local de la Vall d'Uixó —entre ellos los tres heridos— atestiguaron que el primero en abrir fuego fue el atracador.