Los padres de un niño de cinco años fueron detenidos esta semana en un municipio de l'Horta, cuyo nombre omitimos para preservar en anonimato del menor, por un presunto delito de malos tratos a su hijo -él en calidad de autor y ella como supuesta encubridora- después de que un médico detectara posibles quemaduras de cigarrillo en el brazo y el cuello del pequeño. La alerta surgió en el colegio al que acude el hijo del matrimonio cuando su profesora se percató de las pequeñas lesiones rojizas y redondeadas que presentaba el menor y éste le confesó que se las había hecho «su papá por portarse mal».

La docente lo puso en conocimiento de la dirección del centro y trasladaron al menor a un centro de salud, donde su médico de cabecera certificó que las pequeñas erupciones cutáneas que presentaba el niño -algunas de ellas ya con costra- eran compatibles con una quemadura de cigarrillo.

Acto seguido se activó el protocolo ante este tipo de casos de posible maltrato en el ámbito familiar a menor de edad, y la Policía Nacional se hizo cargo de la investigación del caso. Tras entrevistarse con la profesora, la directora y el médico, a quienes el menor había contado la misma versión sin modificar ni un ápice su relato, los agentes procedieron a la detención de los padres, dando parte también a la Fiscalía de Menores.

El hombre, de 54 años y nacionalidad española, fue arrestado como presunto autor de un delito de malos tratos con el agravante de parentesco y la madre acusada de encubridora al no haber alertado de lo ocurrido.

Los detenidos fueron puestos a disposición del Juzgado de Instrucción número siete de Paterna el pasado miércoles. Tras tomarles declaración la jueza acordó la libertad provisional de ambos sin adoptar ningún tipo de medida cautelar de protección hacia el menor, al no hallar indicios suficientes de delito alguno, según aseguraron fuentes jurídicas.

«Enseguida vino a abrazarme»

La versión que sostienen los padres del pequeño es que este «tiene la piel atópica y se rasca mucho», afirmó su madre a Levante-EMV a la vez que sacaba los geles especiales que le compra a su hijo. No obstante, al ser preguntados sobre los motivos por los que el niño habría dicho que las quemaduras se las hizo su padre, estos no supieron dar explicación alguna, incluso tratando de desacreditar la actuación policial. «La policía le ha dado un euro para que dijera eso». «¿Pero cómo pueden pensar que voy a quemar yo a mi propio hijo?», alegaba el padre sollozando e insistiendo en cuanto le quiere su hijo. «Enseguida que me dejaron libre vino a mí a abrazarme».

En la vivienda familiar reside el matrimonio con el menor y los abuelos maternos. Ellos también aseguraron a este periódico que nunca han visto que el padre del niño, que es fumador, le quemara o le causara lesión alguna durante una regañina. «Si lo veo lo primero que hago es que le pego un garrotazo», afirma el abuelo.

La madre del pequeño, diez años más joven que su marido, confiesa que padece depresión y que tiene momentos en los que se queda durante horas adormilada por las pastillas. «Yo nunca lo he visto, pero no puedo poner las manos en el fuego», confesaba la mujer sin querer entrar en detalles sobre el fuerte carácter de su marido.