El hombre detenido por la Guardia Civil de Xàbia tras matar a un amigo de un puñetazo, tal como adelantó ayer en exclusiva Levante-EMV, es un exboxeador profesional británico, circunstancia que podría agravar la pena cuando el caso llegue a juicio. El detenido es Robert G., de 45 años, quien llegó a tener cierto renombre en su país como boxeador y que desde hace varios años tiene fijada su residencia en Xàbia. El arrestado, que tiene antecedentes al menos por tráfico de drogas y extorsión, pasará hoy a disposición judicial.

La Guardia Civil esclareció en pocas horas las circunstancias que rodearon la muerte de la víctima, un ciudadano inglés de 42 años, el domingo por la noche en Xàbia. El fallecido y su supuesto agresor habían estado tomando copas en un bar de la playa del Arenal en compañía de una mujer que acompañaba a Robert, conocido como Boris. Ambos ingirieron bastante alcohol.

Al parecer, la víctima increpó a Robert G., según ha podido comprobar la Guardia Civil en las grabaciones efectuadas por las cámaras de seguridad del local y del restaurante junto al que se produjo la agresión. El ahora detenido salió acompañado de su pareja y se dirigió a su automóvil.

El otro hombre fue tras ellos y siguió discutiendo con la mujer, que, por los gestos, trataba de no hacerle caso. Sin embargo, a continuación cogió de las solapas al Robert y lo zarandeó. En las grabaciones, se observa cómo el exboxeador se zafa y le propina un único puñetazo en la cara.

La víctima cayó al suelo de espaldas y se golpeó con fuerza la cabeza contra el asfalto. Luego, el presunto agresor se marchó paseando tranquilamente con su pareja.

Como ya informó este diario, varios testigos avisaron al 112. Acudió una ambulancia del SAMU. El hombre estaba tirado en el suelo y sangraba abundantemente por la cabeza. Sufría también convulsiones. Los sanitarios no pudieron reanimarlo y falleció.

La Guardia Civil, tras tomar declaración a varios testigos, identificó al sospechoso, a quien localizaron tras hablar con varios de sus amigos. También contactaron con su pareja, a la que convencieron de que lo llamara por teléfono. Así lo hizo y lo persuadió de que se entregase en el cuartel de la Guardia Civil de Xàbia, lo que hizo sobre las 23.00 horas. Los agentes lo detuvieron entonces y lo acusaron de un presunto delito de homicidio por imprudencia.