Un conocido constructor de Cullera se encuentra en estado muy grave en el Hospital de La Ribera, en Alzira, después de que el exmarido de su actual pareja intentara asesinarlo en plena calle, asestándole varios martillazos en la cabeza, tras lo cual aún trató de atropellarlo con la aparente intención de rematarlo. El autor confeso de la agresión, que también se dedica a la construcción, permanece detenido en el cuartel de la Guardia Civil de Cullera, donde se entregó minutos después de atacar a su víctima.

Los hechos sucedieron poco antes de las seis de la tarde de ayer cuando la víctima, Ernesto Marí, caminaba por la acera de la calle Jaume Roig, en la zona de El Racó, con su cuadrilla, tras haber finalizado la jornada laboral en una finca donde realizaban labores de rehabilitación y reforma.

Los testigos presenciales mantienen que el presunto agresor, Sergio G. B., de 47 años de edad, llegó en su coche y, cuando reconoció a Ernesto, se detuvo a su altura, se bajó y, martillo en mano, se acercó a él con paso acelerado. Al parecer, apenas habló. Los testigos aseguran que levantó el arma y descargó al menos un golpe con toda su fuerza sobre la cabeza de Ernesto, que estuvo a punto de desplomarse. Las manchas de sangre en el acceso a un garaje de la citada calle continuaban anoche como testigo mudo de lo ocurrido.

La víctima trató de huir, pero las graves lesiones provocadas por el golpe de martillo le dejaron malherido y apenas pudo alejarse unos metros, tambaleándose. Antes de eso, dos de los compañeros de trabajo que iban con él intercedieron para que Sergio no prosiguiera con la agresión.

Intervenido de urgencia

Como consecuencia de esa intervención en defensa de la víctima, el hombre recibió también un martillazo, aunque, por fortuna, en su caso las heridas fueron leves.

Gracias a esa actuación, Ernesto pudo iniciar la huida, dejando un rastro de sangre tras de sí. Al ver que se alejaba, el presunto agresor entró en el coche, lo puso en marcha y fue tras él para atropellarlo, aunque en el último momento fracasó en su intento de rematarlo, como al parecer era su intención, según coinciden los testigos presenciales.

Mientras Ernesto caía al suelo y sus amigos llamaban a emergencias pidiendo una ambulancia de urgencia, Sergio condujo hasta el cuartel de la Guardia Civil de Cullera, donde se entregó mientras confesaba el intento de homicidio.

Sin embargo, no llevaba ya consigo el martillo, por lo que agentes del instituto armado peinaban anoche la zona donde ocurrió la agresión para tratar de localizar la herramienta empleada en el intento de homicidio.

Mientras, la víctima era evacuada en una ambulancia del SAMU al citado centro hospitalario, donde tuvo que ser intervenido de urgencia debido a las gravísimas lesiones sufridas durante la brutal agresión.