Una valenciana de 28 años se marchó en las Navidades de 2014 a Rumanía en compañía de su por entonces pareja. Supuestamente iba a ser un viaje rápido para visitar a los familiares de éste, mientras sus cuatro hijas, menores de edad, se quedaban en Valencia. Sin embargo, transcurridos apenas unos días en el país rumano su estancia se convirtió en una auténtica tortura. La joven, sometida a palizas casi diarias, fue obligada a prostituirse durante meses. Encerrada en la casa, su agresor la ataba a la cama y la amenazaba con matarla si intentaba escapar y regresar a España, según consta en la denuncia interpuesta por la víctima tras lograr por fin volver a su hogar gracias a la ayuda de la Embajada de España en Bucarest.
Tras una investigación de la Guardia Civil, en contacto permanente con las autoridades rumanas, se ha podido identificar y localizar al presunto autor de los delitos de detención ilegal, lesiones, inducción a la prostitución y amenazas, quien se encuentra en una prisión de su país por otra causa distinta, según indicaron fuentes jurídicas.
La joven, quien desde finales del pasado mes de julio se encuentra de nuevo en España tras esta pesadilla, permaneció hospitalizada 19 días en el Doctor Peset de Valencia nada más aterrizar en el país, debido a las numerosas lesiones que todavía presentaba producto de las palizas recibidas, entre ellas varias costillas rotas.
El Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Torrent, encargado del caso, ha enviado ahora una comisión rogatoria a Rumanía para que se le tome declaración al acusado. Aunque la mayor parte de los hechos delictivos se cometieron allí, por lo que no cabe su extradición, el juzgado sí que instruye el delito de inducción a la prostitución ya que se entiende que éste se inicia en España cuando mediante engaños el compañero sentimental de la víctima consigue llevarla „aunque sea voluntariamente„ a Rumanía con la intención de prostituirla. Además también hay constancia de amenazas de muerte hacia ella y sus hijas estando ya ella en Valencia, añadieron estas mismas fuentes.
Por su parte, los investigadores han solicitado al juzgado una orden europea de detención ante el riesgo de que si esta persona abandona la prisión pueda intentar huir de la Justicia o incluso tratar de cumplir sus amenazas. Por el momento, y a la espera de tomarle declaración vía rogatoria, el juzgado de Torrent especializado en violencia contra la mujer ha dictado una orden de alejamiento que prohibe al acusado, de 25 años y nacionalidad rumana, acercarse a menos de 300 metros de su víctima y comunicarse con ella de forma alguna.
Asimismo, las fuentes consultadas por este periódico aseguran que en caso de que saliera en libertad provisional por los hechos por los que está preso y regresara a España, el presunto agresor sería detenido nada más cruzar la frontera.
