Jesús Dávila, un trabajador de 60 años de edad, perdió la vida ayer al precipitarse desde una grúa cuando se encontraba rehabilitando una fachada de un edificio de la calle Comandante de Castellar. El fallecido, de nacionalidad peruana, había empezado a trabajar precisamente ese mismo día en la empresa para lograr la ansiada jubilación, con la que poder regresar a su país en compañía de su mujer e hija pequeña, según relataron compañeros de la víctima.

El accidente laboral se produjo a las 12.30 horas cuando el operario se precipitó desde la máquina elevadora cuando se encontraba rehabilitando la cornisa de un primer piso en la pedanía valenciana de Castellar-Oliveral. «Al parecer, se ha apoyado en la barandilla y se ha caído», explicaba una vecina. Aunque la plataforma de la grúa estaba a apenas unos tres o cuatro metros de altura, el trabajador cayó mal y se golpeó la cabeza contra la acera.

Los intentos de los sanitarios del SAMU por reanimarlo resultaron inútiles y Jesús Dávila falleció en el lugar sin que nada se pudiera hacer por su vida, ya que al no llevar casco, el traumatismo craneoencefálico resultó mortal. «Es un terco por no haberse puesto el casco», se lamentaba un compañero visiblemente afectado.

Aunque era su primer día en esta empresa de rehabilitación de edificios, muchos compañeros ya lo conocían desde hace tiempo cuando hace unos tres o cuatro años también estuvo como empleado. «Nos hemos encontrado con él hoy después de tanto tiempo y justo le pasa esto», apuntaba Luis. El otro trabajador que estaba con él en la plataforma fue atendido por una crisis de ansiedad y llevado al cuartel de la Guardia Civil de Alfafar para interrogarle por lo sucedido.

La Guardia Civil investiga las circunstancias del siniestro para no dejar ningún cabo suelto y descartar por completo que la caída fuera provocada, ya que la grúa cuenta con una barandilla de seguridad bastante alta.

Asimismo, en torno a las 14.30 horas la comisión judicial procedió al levantamiento del cadáver. Jesús Dávila deja mujer y dos hijos. Uno de ellos reside en Oviedo, mientras que la esposa y la hija pequeña esperaban su regreso en Perú cuando lograra la ansiada jubilación.