«Encantadora y extremadamente dulce». Son los dos adjetivos que más emplean quienes conocieron a Araceli Oliva Bellido, la mujer de 75 años asesinada junto a su hermano en el piso de ambos, en el número 54 de la calle Císcar de Valencia. «Los alumnos la adoraban sin reservas, porque era una madraza con ellos. Les disculpaba todo. Tenía una visión absolutamente positiva de la vida. Nunca veía el lado malo de nada». Así la describe la subdirectora del Instituto de Enseñanza Secundaria (IES) de Valencia donde dio clases de Geografía y de Historia durante la mayor parte de su carrera profesional y donde se jubiló hace 14 años, en 2002.

La responsable del IES dice de ella que «era una gran trabajadora, responsable, puntual, muy preocupada por su faena y una magnífica compañera que renunciaba a cualquier derecho con tal de favorecer y de ayudar a un colega. De hecho, jamás planteó problema alguno ni con los horarios, ni con los grupos, algo muy común entre profesores. Al contrario, asumía los que no querían otros y lo hacía con una sonrisa».

Los profesores de este instituto de Valencia, cuyo nombre mantiene Levante-EMV en el anonimato para preservar la intimidad de los alumnos, se enteraron el pasado lunes de que Araceli era una de las víctimas del doble crimen de Císcar. «Vinieron a verme dos exalumnas y las tuve aquí, sentadas en mi despacho, llorando sin consuelo», relata la subdirectora, que se confiesa «angustiada» desde que supo del crimen «y más aún desde que se han ido conociendo los detalles de una acción para la que no hay calificativos». La vicedirectora compartió profesión en este centro «durante veinte años con Araceli» y es de las pocas que quedan de aquella época.

Araceli Oliva Bellido, nacida en noviembre de 1940, se licenció a mediados de los 60 en Filosofía y Letras, en la sección de Geografía e Historia -entonces no era una carrera diferenciada- y más tarde lo hizo en Periodismo, en la Facultad de Comunicación de Pamplona, el mismo lugar al que su presunto asesino dijo a los vecinos que se habían ido Araceli y su hermano Juan Carlos cuando ya los había matado y estaba poniendo en marcha el plan para retrasar el momento del hallazgo de los cuerpos.

La mujer ganó la oposición como profesora de Geografía e Historia en enseñanza media en 1967 y su primer destino fue el instituto de Onda, en el Castelló natal de su madre. Después, logró plaza en el de Xàtiva y más tarde recaló en el de Sagunt, hasta que finalmente, a mediados de los 70, dio el salto a Valencia, para regresar al que siempre ha sido su domicilio, el piso de la puerta 10 de 54 de la calle Císcar, en el que fue asesinada el pasado abril junto a su hermano por el desconocido que llegó a ellos haciéndose pasar por especialista en cuidados de lesiones osteomusculares.