Un jurado popular juzga desde hoy a José María M. M., de 39 años, por matar de varias cuchilladas a su expareja en Benaguasil en enero de 2013. El presunto autor de este crimen machista ha alegado durante su declaración que estaba «obsesionado» con ella y que el día de los hechos la siguió desde la casa de su madre, en Valencia, hasta el domicilio de un amigo de ésta. Aunque reconoce que sacó un machete el acusado asegura que sólo quería «asustarla». No obstante, dice no recordar cómo se subió a horcajadas sobre su víctima y le asestó más de una treintena de machetazos en el rostro y el cuello.

Los médicos forenses del Instituto de Medicina Legal, que declararán el próximo jueves, atribuyen en su informe dichas lagunas de memoria a lo que se conoce como «amnesia judicial», por la cual el presunto asesino no recuerda aquello que pueda comprometer su defensa.

El Ministerio Fiscal solicita quince años de prisión tras calificar los hechos como constitutivos de un delito de homicidio al no contemplar la circunstancia de alevosía, hecho que si considera acreditado la acusación particular. El letrado de la familia de la fallecida, Miguel Martorell, pide 24 años de prisión para el acusado ya que aprecia las circunstancias de alevosía y ensañamiento.

De hecho, José María M. M. atacó a su víctima de forma sorpresiva después de ir a buscar un machete a su propio domicilio, en la localidad de La Pobla de Vallbona, según declaró durante la fase de instrucción, aunque en el juicio haya modificado su relato, asegurando ahora que portaba el arma homicida en el coche.

La víctima, Raquel Ten, tenía 33 años y era madre de dos niños. En septiembre de 2012 decidió poner punto y final a la relación sentimental que mantenía con el acusado, después de que éste le fuera infiel, según ha reconocido el propio procesado en el juicio. A partir de aquí, éste comenzó a vigilar y acosar a su víctima y madre del hijo común de ambos. Acudía a la puerta de casa de su madre, esperaba a que saliera para seguirla, y le enviaba numerosos mensajes de Whatsapp. Incluso en una de las ocasiones en las que fue a ver a su hijo el acusado grabó un vídeo sin su permiso mientras su expareja se duchaba.

La defensa del acusado solicita su libre absolución al tratar de acreditar que tenía sus facultades mentales totalmente anuladas y que no era consciente de lo que hacía. No obstante, los policías y guardias civiles que han declarado en la primera vista del juicio oral han remarcado que éste era «un acosador» y que durante el tiempo en que decía estar obsesionado con su ex también intentó mantener relaciones con otras tres mujeres. De igual forma, explicaron que cuando se entregó en dependencias policiales estaba muy tranquilo y hablaba con coherencia.

Respecto al supuesto atenuante de confesión y haberse entregado voluntariamente, el propio acusado ha reconocido que sabía que era cuestión de tiempo que lo detuvieran. Además, en su huida reventó una rueda del vehículo, lo que imposibilitó que escapara y tuvo que pedir ayuda a varios amigos y a un familiar.