El milagro se obró no una, sino dos veces el pasado domingo. Dos niños de dos años de edad fueron salvados por sus padres en un intervalo de menos de tres horas después de que cayeran accidentalmente en las piscinas de sendos chalés de San Antonio de Benagéber y de Godelleta, en la tarde-noche del pasado domingo.

El primero de los casos se registró sobre las seis y media de la tarde, en una vivienda unifamiliar ubicada en la calle Abellarol, en la urbanización Colinas de San Antonio de Benagéber.

El menor, de apenas dos años, fue encontrado flotando en la piscina del chalé y el padre lo sometió a reanimación mientras otro familiar pedía ayuda a una vecina que es médica de profesión. De hecho, cuando llegaron los primeros agentes de la Policía Local, el pequeño ya respiraba espontáneamente gracias a la doble intervención del padre y de la médica, según informaron ayer a Levante-EMV fuentes conocedoras de los hechos.

Poco después, el niño fue trasladado en una ambulancia del Servicio de Atención Médica Urgente (SAMU) al servicio de urgencias de Pediatría del Hospital La Fe de Valencia.

Apenas dos horas y media más tarde, sobre las nueve de la noche, la historia se repetía casi en los mismo términos en un chalé de la calle Las Nieves, en la urbanización Los Mirasoles de Godelleta. Un niño de dos años se coló en el recinto vallado de la piscina y cayó al agua tras encontrarse abierta la portezuela de seguridad. Por fortuna, los padres se dieron cuenta a tiempo y lo sacaron del agua. El menor estaba amoratado y sin respiración, y los padres, mientras llegaba la ayuda médica, iniciaron las técnicas de reanimación.

De hecho, cuando llegó la patrulla de la Policía Local, el menor ya respiraba, aunque no respondía a ningún estímulo. Las fuentes consultadas destacaron que «afortunadamente, la ambulancia del SAMU llegó desde Valencia en apenas 20 minutos». Los médicos estabilizaron las constantes vitales del niño y lo llevaron, como en el caso anterior, al Hospital La Fe.

Los dos pequeños permanecían ayer ingresados en observación, como marca el protocolo médico, para confirmar que no hay lesiones cerebrales ni en el aparato respiratorio.