El hombre de 51 años detenido por presuntamente haber vendido el frasco letal de éxtasis líquido que causó la muerte a un joven y una grave intoxicación a otro en Valencia guardaba en su domicilio un cargamento de Popper, una sustancia utilizada para incrementar el placer sexual que dada su condición de vasodilatador y relajante de los músculos lisos suele ser muy utilizada por la comunidad homosexual. Además, tenía al menos 150 viales con dispensador de cuentagotas como el que la Policía Nacional intervino en el apartamento turístico de Velluters en el que falleció el joven de 28 años en la mañana del sábado, tal como ha venido publicando en exclusiva Levante-EMV. Además, le confiscaron una garrafa casi llena de éxtasis líquido o GHB, cuyo contenido está siendo analizado para confirmar que tiene la misma composición que el del frasco que requisó la policía en el apartamento.

Fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Valencia informaron ayer de los efectos intervenidos durante el registro practicado en el domicilio del sospechoso, del que ayer informó este diario.

Así, según esas fuentes, agentes de Policía Judicial de la comisaría de Centro hallaron en casa del sospechosos, que fue registrada en presencia de éste, 858 frascos de Popper de distintas partidas y marcas comerciales. También le fue intervenida la citada garrafa con ácido oxíbico, compuesto químico del éxtasis líquido.

En el domicilio también había algo más de doce gramos de cocaína ya empaquetada en una docena de papelinas listas para la venta, 2.150 pastillas de Viagra y casi 24.000 euros en metálico. Al parecer, el presunto traficante no había sido detenido nunca antes.

Una noche de sexo y drogas

La investigación policial, tal como ha venido informando este periódico, comenzó al mediodía del sábado, cuando un hombre de 37 años alertó al 112 después de hallar muerto en su cama a un joven con el que había mantenido relaciones sexuales la noche anterior en un apartamento turístico de Velluters que había alquilado el denunciante. Al parecer, ambos se habían dormido y fue al despertarse cuando se dio cuenta de que no se movía.

El ahora detenido contó a la policía que el fallecido había consumido cocaína y éxtasis líquido que él mismo le había procurado. Tres días después, la Policía Nacional descubrió que había otro joven de 23 años que había pasado dos días en coma en La Fe tras consumir ácido oxíbico del mismo bote, ya que se había acostado con el hombre que alquiló el apartamento esa misma noche, antes de que éste último tuviera su encuentro con el joven que acabaría falleciendo a las pocas horas de haber consumido GHB.