«Nunca podremos olvidarla, era especial, buena hermana, una hija bondadosa, una gran amiga y una excelente madre». Con un lazo morado colocado en el pecho y con la voz tomada describió a Francisco a su hermana asesinada, Dolores Moya, durante el acto que junto a otros familiares se encargó de organizar. Ella fue una de las once víctimas que se cobró la violencia machista durante el año 2015 en la Comunitat.

El pasado viernes 29 de julio se cumplió un año del asesinato de la exedil de Esquerra Unida de Serra. Por ello familiares y amigos de Loli -así era como la llamaban- se reunieron en la mañana de ayer delante del ayuntamiento de la localidad. Los allí presentes, venidos de Albacete, Barcelona y de municipios valencianos como Burjassot, Godella o Rocafort, recordaron entre lágrimas a Dolores e insistieron en condenar, una vez más, la violencia machista.

Todos ellos guardaron un minuto de silencio y se dirigieron al cementerio municipal para depositar unas flores en su tumba. Al acto también acudieron representantes políticos de Serra del Partido Popular y Esquerra Unida.

El ayuntamiento, tras recibir una petición por parte de la familia, también organizó el pasado viernes un acto en el que recordaron a la víctima. «Ella era nuestra sonrisa en cada reunión, nuestra alegría y la seguridad de que todo saldría bien. Nos cargaba a todos de optimismo», contó emocionado el portavoz de Esquerra Unida, el mismo partido al que perteneció la ahora fallecida.

Las investigaciones de la Guardia Civil determinaron que su marido y también compañero de partido, Marcos Cabo, de 46 años, habría rociado presuntamente con gasolina la casa para asegurarse así la rápida propagación del fuego e impregnó además las piernas de su esposa y el sofá donde ella se encontraba sin que ésta se despertara. Posteriormente y ya cerca de la puerta de entrada de la casa, situada justo en el lado opuesto, habría prendido fuego al combustible para asegurarse así su huida y correr el mínimo riesgo posible.

Acusado de un crimen machista, Marcos Cabo ingresó en prisión el 7 de agosto del pasado año y decidió acabar con su vida apenas dos días después en la cárcel de Picassent.

La patria potestad de dos menores quedó en manos de uno de sus hijos mientras la tutela sigue en manos de la Generalitat. Los familiares de la mujer asesinada insisten en colocar una placa conmemorativa en honor a Dolores Moya pero el consistorio todavía no se ha pronunciado.