Parece sacado de una novela negra, pero sucedió el pasado lunes en Playa del Inglés, Gran Canaria. Un vecino alemán descubrió un cadáver en el interior de un congelador situado en su propio trastero cuando recogía el bungaló después de que su novio muriera hace aproximadamente un mes. La Policía Nacional investiga los hechos para tratar de identificar al finado, que se cree que es otro ciudadano de origen teutón que podría llevar unos dos años desaparecido y que mantuvo una relación sentimental con el antiguo inquilino, recientemente fallecido. La principal teoría con la que trabajan los investigadores es que este último presuntamente acabó con la vida de la persona encontrada antes de ayer en un crimen pasional.

Sobre las siete de la tarde, el dueño del inmueble y un amigo estaban limpiando la vivienda número 51 del complejo de bungalós Betancuria, situado en el número 7 de la avenida de los Menceyes de San Bartolomé de Tirajana. La decisión de recoger las cosas estaba relacionada con la muerte de su compañero el pasado mes de julio, con el que convivía desde hacía un tiempo en esta zona del sur de Gran Canaria.

Entre las dependencias que tiene en su propiedad se encuentran varios desvanes junto a la vivienda, concretamente los número 7 y 8. En el interior del primero fue donde se produjo el hallazgo. Uno de los dos abrió un arcón, de 1,2 metros de largo y 70 de ancho, que estaba cerrado con llave. En el interior se encontró con el cadáver en posición fetal y rodeado de plástico, convertido en un bloque de hielo debido al tiempo que ha permanecido dentro. Las fuentes consultadas hablaron de que se calcula que el cuerpo fue introducido hace unos dos años.

Los descubridores alertaron de inmediato a la Policía Nacional, que se acercó hasta la citada vía para comenzar las investigaciones con las que conseguir aclarar lo sucedido. Según las mismas fuentes, a pesar del estado en el que se encontraba el cuerpo, los agentes pudieron visualizar que tenía fuertes golpes en la cabeza que le podrían haber provocado la muerte. Asimismo, indicaron que todos los indicios apuntan a que el antiguo inquilino del bungaló -que murió hace un mes- pudo acabar con la vida de la persona hallada el pasado lunes, con la que estuvo relacionada sentimentalmente.

La policía ya ha tomado declaración a varias personas del círculo de amistades del hombre fallecido recientemente y de su antiguo compañero. Según las mismas fuentes, al menos uno de ellos declaró que cuando preguntó por este último, el primero dijo: "Se volvió a Alemania, sufrió una caída y ya no volverá".

El cadáver fue trasladado hasta el Instituto Anatómico Forense de Las Palmas de Gran Canaria, donde los forenses están a la espera de que se produzca el proceso de descongelación para llevar a cabo la autopsia. Las fuentes precisaron que esta operación podría demorarse incluso varios días.

Los investigadores del grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policías de Canarias, en colaboración con los agentes de la Comisaría de Maspalomas, permanecieron varias horas en el lugar de los hechos, adonde volvieron a acudir en la mañana de ayer con el objetivo de recoger más muestras para así identificar los restos.

Por su parte, los vecinos de los Bungalows Betancuria mostraron su sorpresa por lo ocurrido unas horas antes a pocos metros de sus viviendas. Dos de los residentes aseguraron que las dependencias donde se encontró al perecido solía desprender fuertes olores porque a su lado había un baño. Asimismo, señalaron que en varias ocasiones habían mostrado sus quejas por los ruidos provenientes del domicilio debido a las fiestas que allí se celebraban.

Por su parte, el juzgado de guardia de San Bartolomé de Tirajana encargado del caso ha decretado el secreto de las actuaciones, según se informó desde la Jefatura Superior de Policías de Canarias.