­La Policía Judicial de la Guardia Civil investiga las causas de la muerte de Johana Bertina Palma González, cuyo cadáver fue encontrado ayer tapiado en el cuarto de contadores de un edificio de Torrevieja. La mujer asesinada tenía 32 años, era de origen chileno y sus familiares y amigos denunciaron su desaparición hace dos meses. Los agentes detuvieron ayer a su marido como principal sospechoso de su muerte. Todo apunta a que se trata de un homicidio.

El hallazgo del cuerpo se produjo ayer cuando agentes de la Benemérita realizaron una inspección en el inmueble en el que residía la mujer chilena junto a su pareja y sus dos hijos. La Guardia Civil pidió ayuda a los vecinos para buscar por todos los recovecos del edificio, situado en la calle Ramón y Cajal, número 42. Previamente habían interrogado a muchos de los residentes en ese inmueble. Fue entonces cuando encontraron el cuerpo de la mujer enterrado en una especie de nicho que había sido cubierto después con un material que podría ser cemento.

Según fuentes cercanas a la investigación, el autor de su muerte podría haber cortado alguna de las extremidades del cuerpo. Vecinos del inmueble apuntaron que el cadáver había sido introducido en un agujero donde antes se emplazaba una caldera de agua.

El hallazgo del cuerpo motivó el despliegue de un operativo en el que participaron asimismo los Bomberos, que ayudaron a extraer el cuerpo, y la Policía Local de Torrevieja, que acordonó la zona y la cerró al tráfico. La comisión judicial ordenó el levantamiento del cadáver, que fue sacado del edificio poco antes de las 20 horas para ser trasladado al Instituto Anatómico Forense de Alicante. Allí se le practicará la autopsia para tratar de esclarecer las causas de su muerte.

Movilización

La víctima era conocida en el barrio de La Punta de Torrevieja. Tras su repentina desaparición, Rosario González, la madre de Johana, se trasladó de Chile a Torrevieja para buscar a su hija. Desde entonces no ha parado de difundir mensajes a través de Facebook para solicitar ayuda desesperadamente con el fin de encontrarla.

El pasado 16 de julio se organizó una cena benéfica en un bar de Torrevieja para recaudar fondos para ayudar a costear el viaje de la madre de Johana, que finalmente logró llegar a Torrevieja.

Uno de los últimos mensajes de la madre pidiendo la colaboración ciudadana lo difundió el 13 de agosto con motivo de cumplirse dos meses de la desaparición: «Hoy hace dos meses ya que está desaparecida mi hija Johana Palma. Estoy buscándola y cada día que pasa se hace esta espera más insoportable... No voy a parar de buscarla hasta encontrarla. Las madres, padres que lean esto pónganse en mi lugar, sólo quiero encontrar a mi hija. Muchas gracias».

Claudia, una amiga de Johana que denunció su desaparición, estaba ayer destrozada tras conocer el hallazgo del cuerpo. Apenas podía hablar pero en una breve conversación con este diario señaló que decidió denunciar la desaparición unos días después de no saber nada de ella. Desde el principio sospechó de su pareja, ya que «hacía vida normal y nunca hizo nada por buscarla, ni salía a pegar carteles». Según Claudia, el marido también es chileno y la pareja llevaba unos 15 años en Torrevieja.