Hasta 21.806 euros llegó a ganar un hombre, ahora detenido por la Policía Nacional, tras la creación de distintas empresas con las que contrataba servicios de tarificación adicional como fueron los números 806 y 807. Se aprovechaba de un fallo de las cabinas que le permitía pagar un solo euro y mantener largas conversaciones con las que ganaba una gran cantidad de dinero.

Los hechos ocurrieron durante varios meses en distintos puntos de la ciudad de Valencia. El arrestado, un hombre de origen español y de 38 años de edad, creó presuntamente diversas empresas para así poder contratar los números 806 y 807. El beneficio que se derivaba de las llamadas que recibía -cada minuto costaba un euro- se dividía entre la empresa de telefonía pertinente y el ahora detenido.

El sospechoso, al parecer, averiguó que en algunas cabinas de la ciudad de Valencia se producía un fallo que le permitía pagar un solo euro cuando llamaba al 806 o al 807 y mantenerse entre 40 y 50 minutos al teléfono. Sin embargo, la empresa de telefonía solamente cobraba ese importe mientras que el ahora detenido se quedaba todo el dinero generado a lo largo de esa conversación ya que estos números eran de su propiedad. Así, el acusado presuntamente llegó a apoderarse de un total de 21.806 euros.

La operadora solo cobraba un euro

La compañía telefónica debería haber ingresado por cada llamada una cantidad económica correspondiente al tiempo en minutos durante el que tuvo lugar la conversación pero únicamente ingresaron un euro en cada una de ellas.

Así pues, la operadora de telefonía realizaba un desembolso de una cantidad elevada que confiaba haber ingresado previamente pero en estas llamadas la cantidad de dinero que siempre recibían era la misma: un euro. Por lo que el principal beneficiario de la llamada era el propietario de las líneas, ahora detenido.

Al parecer, al principio era el mismo el que realizaba las llamadas, pero tiempo después podría haber convencido a varias personas para que se encargaran de telefonear y esperar el tiempo que durara la conversación para así repetir la acción.

Estas acciones fueron detectadas por el Grupo de Delitos Económicos de la Policía Nacional que pusieron en marcha la «Operación Cabina» en la que identificaron al presunto estafador y cuantificaron el fraude cuyo valor ascendía a más de 21.000 euros. El arrestado, acusado de un delito de estafa y que cuenta con antecedentes policiales por hechos similares, quedó en libertad con cargos.