Haciendo gala de una fortaleza curtida durante sus años como guardia civil, tras una operación de corazón extracorpórea y con las quemaduras de tercer grado que le causó su vecino todavía recientes, José Villalba atiende a Levante-EMV en la Unidad de Quemados del Hospital La Fe de Valencia para relatar cómo su agresor lo roció con gasolina y le prendió fuego. Miguel G., con el que lleva años enemistado, lo atacó a traición cuando el septuagenario iba tranquilamente paseando a su perrita Iaila por el centro de Algimia de Almonacid. «Noté por detrás cómo me tiraban algo, pero pensé que era agua», explica el agredido. «Pero no, era gasolina, iba a matarme», confiesa con entereza este guardia primero jubilado tras sobrevivir al ataque.

Por su parte, el Juzgado de Instrucción número uno de Segorbe acordó ayer el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin posibilidad de fianza, de su presunto agresor, de 39 años, acusado de un delito de homicidio en grado de tentativa. Además, el arrestado tiene un juicio pendiente para el próximo mes de enero por una agresión anterior a este mismo vecino.

Los hechos ocurrieron a las once de la mañana del jueves en la plaza mayor de este municipio del Alto Palancia donde residen tanto víctima como agresor. «Había salido a pasear con mi perrita porque estoy operado del corazón y el médico me ha recomendado andar hora y media todos los días», explica la víctima. Mientras iba escuchando música con los auriculares, el hombre, de 70 años, sintió que le caía un líquido por la espalda. «Creí que era agua, pero cuando me giré vi a esta persona con una lata roja de cinco litros y supe que iba a por mí», reconoce.

Rápidamente José se abalanzó sobre su agresor para tratar de quitarle el combustible. «Me tiré cara a él y le cogí de los brazos para quitarle la garrafa». Fue en ese momento cuando el acusado sacó un mechero y le prendió fuego. Al tratarse de gasolina, la piel de la víctima prendió rápidamente en llamas. «La suerte que tuve es que llevaba una camiseta interior y que me quité la de arriba enseguida», explica, a la vez que agradece la rapidez con la que un pintor del municipio corrió a apagarle el fuego con su propia camisa.

Una operación de riesgo

La víctima, quien tendrá que ser intervenido en una operación de riesgo dado su corazón y las graves quemaduras sufridas, asegura que los problemas con esta persona comenzaron cuando al pasar a la reserva se afincó en el pueblo por su condición de ex guardia civil. «Es un antisistema en contra del cuerpo», asegura el agredido. Pero el carácter violento del detenido no solo se ciñe a este vecino. Esa misma mañana amenazó con matar a unas personas que estaban en la parada del autobús.