La Policía Nacional ha detenido a ocho personas, una mujer y siete hombres de entre 36 y 44 años, mayoritariamente de origen nigeriano, como presuntas autoras de los delitos de falsificación de tarjetas de crédito, falsificación de documentos y estafa continuada.

Fuentes policiales han informado en un comunicado de que los detenidos habían realizado 1.291 operaciones en comercios de Valencia con 87 tarjetas falsificadas de entidades bancarias de Estados Unidos y Argentina.

El importe del dinero defraudado alcanzaría los 157.000 euros y el fraude consumado sería de unos 69.691 euros, según las mismas fuentes.

Los detenidos obtenían la información de las bandas magnéticas en páginas webs o foros internacionales y los objetos comprados con las tarjetas falsificadas eran revendidos en el mercado "negro" o exportados a Nigeria.

Las investigaciones se iniciaron en abril tras la detención de un hombre en un establecimiento comercial de Valencia que se encontraba realizando compras con tarjetas de crédito/débito que posteriormente comprobaron que eran falsificadas.

Durante las investigaciones, los agentes averiguaron que estas compras con tarjetas falsas se llevaban produciendo desde los últimos meses en establecimientos comerciales de Valencia.

En el transcurso de las investigaciones, los policías comprobaron que se trataba de un grupo que actuaba de forma coordinada y que el 'modus operandi' era la clonación de tarjetas.

Esta clonación consistía en adquirir la información de las bandas magnéticas de las tarjetas en páginas webs o foros internacionales y volcarla en otra tarjeta que actuaba como soporte, dándole la apariencia real para ser utilizada para realizar las compras.

Para realizar todo este proceso contaban con un lector/grabador de tarjetas y un software específico, según las fuentes.

Los policías también averiguaron que los productos que adquirían con estas tarjetas falsas eran revendidos en el mercado "negro" o exportados a Nigeria que enviaban regularmente a su país con otras pertenencias dentro de contenedores.

Los policías averiguaron que un integrante del grupo que se encontraba en España tenía una orden de prohibición de entrada en nuestro país, pero había conseguido llegar a Italia con otra identidad.

Como consecuencia de las investigaciones, los agentes detuvieron al resto de miembros del grupo y realizaron cuatro registros domiciliarios en Valencia.

En estos registros intervinieron unos 4.500 euros, dos lectores/grabadores, 21 tarjetas con banda magnética falsa, siete ordenadores portátiles, diversos aparatos electrónicos, 23 teléfonos móviles y 10 maletas repletas de ropa, calzado y bolsos con su correspondiente etiqueta.

Seis de los detenidos tenían antecedentes policiales por hechos similares y tres de ellos fueron puestos a disposición judicial, que decretó su ingreso en prisión.

El resto, tras ser oídos en declaración, fueron puestos en libertad, con la obligación de comparecer ante la Autoridad Judicial cuando para ello fuesen requeridos.