«Vas a estar de rodillas hasta que te sangren por haber sido una puta». Así tuvo una hora, mientras la amenazaba con un cuchillo en el cuello, un presunto maltratador a su víctima en lo que él entendía que era un castigo a su pareja por haberle sido supuestamente infiel. Esa fue la gota que colmó el vaso pero uno más de los muchos episodios violentos que tuvo que soportar esta mujer durante los últimos diez años de relación con el padre de sus dos hijos menores de edad. Ahora su presunto agresor se enfrenta a una petición de pena de 18 años de prisión por dos delitos de violencia en el ámbito familiar, maltrato habitual, un delito continuado de amenazas, coacciones y hasta una agresión sexual.

Durante el juicio, celebrado el pasado lunes en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Valencia, los dos hijos de la pareja, que actualmente tienen 14 y 16 años, ratificaron la declaración de su madre y relataron el trato que su padre tenía con ella. «Le pegaba, le amenazaba, la llamaba de todo», recordó la pequeña. Su hermano mayor incluso relató cómo presenció una de las agresiones en las que su progenitor tenía cogida a su mamá y la amenazaba con un cuchillo. «Me tapé con un cojín para no verlo», explicó el menor, quien afirmó que su padre menospreciaba con frecuencia a su madre y «la amenazaba si no hacía lo que él decía».

Por su parte, el acusado negó en todo momento haber maltratado a su compañera sentimental durante los quince años que duró su relación. Ni la roció con alcohol en la cara, ni le causó quemaduras con unas cerillas y mucho menos la obligó a mantener relaciones sexuales sin su consentimiento, según declaró ante las preguntas de la fiscal. Así atribuyó la denuncia a los celos de su pareja cuando ésta se enteró que tenía una amante.

«Aguanté por mis hijos»

La víctima asegura que si no lo denunció antes y aguantó en silencio durante diez largos años fue por sus hijos, por miedo a que se los quitara y que cumpliera sus amenazas de degollarla. A finales de 2013, cuando la situación era insostenible y viendo peligrar su vida, la mujer, que en ese momento vivía en una pedanía de Valencia, hizo un testamento para, que si le pasaba algo, sus hermanas cuidaran de los pequeños. El presunto maltratador fue finalmente detenido e ingresó en prisión el 23 de noviembre de ese mismo año.