La muerte de una vecina de Llíria hallada en estado de momificación, después de cerca de cinco meses sin noticias de ella, y cuyo hallazgo se produjo finalmente el día en que iban a desahuciarla por el impago del alquiler, ha causado gran conmoción en el municipio. La noticia, de la que informó ayer en exclusiva Levante-EMV, ha puesto sobre la mesa un problema social, la soledad con la que viven sus últimos días muchas personas, que como en este caso, pueden morir y permanecer durante meses en su propio domicilio sin que a nadie parezca importarle su estado.

Según ha podido saber este periódico, después de que la comisión judicial procediera al lanzamiento del inmueble, en torno a las diez de la mañana del pasado viernes, y que le fueran entregadas las llaves a su correspondiente propietario -un constructor de la zona- transcurrieron otras cuatro horas hasta que fue hallado finalmente el cadáver de la mujer en el cuarto de baño de la vivienda.

Por la mañana, nada más abrir la puerta de la vivienda, se percataron del hedor, pero lo atribuyeron a los animales muertos que había dentro; tres gatos y un perro. No obstante, cuando minutos antes de la dos de la tarde el dueño regresó con una pala para limpiar la casa y sacar el can y los mininos muertos, éste descubrió que detrás de la puerta del baño estaba el cuerpo sin vida de Amparo Rubio, su inquilina de 52 años.