El atracador que el 12 de noviembre de 2014 asaltó a tiros un estanco de Xirivella fue juzgado ayer en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Valencia. Aunque inicialmente se había llegado a un acuerdo de conformidad por el que vería reducida considerablemente la pena solicitada por la fiscalía si reconocía los hechos, en su declaración el acusado de cuatro delitos de homicidio en grado de tentativa, robo con violencia con uso de instrumento peligroso y tenencia ilícita de armas, sorprendió a la sala afirmando que no recordaba nada y que no disparó contra nadie.

Dado este repentino cambio de actitud en el que, lejos de confesarse culpable, el procesado incluso interrumpió a los testigos acusándoles de estar mintiendo, la vista oral se tuvo que celebrar sin opción alguna a la conformidad pactada y ahora éste se enfrenta a una pena de hasta 43 años de prisión, según la petición del fiscal.

La defensa del acusado sostiene que su cliente tenía sus facultades cognitivas y capacidades volitivas afectadas el día de los hechos por su fuerte adicción a las sustancias estupefacientes. Asimismo, en ningún momento tuvo intención alguna de matar a los agentes de la policía o al estanquero, tentativas de homicidio que sí contempla el fiscal y la acusación particular.

«Me pasó rozando la bala», aseguró en su intervención el estanquero asaltado. El hombre recordó cómo el ahora acusado entró en su establecimiento de Xirivella esa tarde y le pidió dos paquetes de tabaco. Cuando se giró para dárselos éste sacó una pistola y le amenazó para que le diera la recaudación. «Si no haces ninguna tontería, no te va a pasar nada, vengo a cara descubierta, no llames a la policía ni te chives a nadie, o vengo luego y te mato».

Aprovechando un momento de distracción del atracador, quien dejó el arma en el mostrador al ver entrar a una clienta, el estanquero no se lo pensó dos veces y cogió la pistola. En esos instantes de confusión llegó la primera patrulla policial unipersonal al lugar de los hechos. El agente de la Policía Local de Xirivella, viendo que una persona estaba armada y sin poder determinar en ese momento si se trataba de víctima o agresor, le instó para que tirara la pistola al suelo. Sin embargo, el atracador volvió a arrebatarle el arma al estanquero y tras amartillarla disparó contra éste, según coincidieron en señalar ambos testigos.

El atracador salió huyendo abriéndose paso a tiros y poniendo en riesgo la vida de los niños de una falla que estaban jugando en la calle San Miguel. Finalmente fue reducido y detenido tras disparar varias veces más contra los agentes de la policía.