Un hombre de 30 años que llevaba 99 bolas de cocaína en el intestino de Valencia a Tenerife falleció hace unos días en un hospital de Málaga, donde recaló tras enfermar en pleno vuelo al estallarle dos de las bellotas, lo que obligó al comandante de la nave a realizar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto Costa del Sol. Otros dos correos que le acompañaban han acabado detenidos y encarcelados. Al parecer, los tres procedían de un vuelo transatlántico con escala en Manises, donde tomaron otro avión para continuar hacia la citada capital canaria para entregar los más de cuatro kilos de droga que llevaban entre los tres en sus cuerpos.

El caso salió a la luz después de que el correo humano, un venezolano de 30 años, se indispusiese repentinamente en pleno vuelo. Otros dos hombres de la misma nacionalidad que le acompañaban, y que también portaban droga en sus cuerpos aunque no dijeron nada en ese momento, alertaron a los auxiliares de vuelo, que informaron de la situación al piloto.

El comandante de la nave, a la vista del estado del pasajero, pidió permiso a la torre de control del aeropuerto de Málaga y realizó un aterrizaje de emergencia. Los tres pasajeros descendieron y el avión continuó viaje hacia Tenerife. Los dos compatriotas del enfermo acompañaron a éste en la ambulancia hasta un hospital de Málaga, pero, en cuanto vieron que el personal sanitario se hacía cargo de él, se fueron sin dejar más datos. Los médicos realizaron una radiografía al paciente y descubrieron lo que parecían bellotas de cocaína en su estómago, de modo que intentaron intervenirlo de urgencia, pero las lesiones de la cocaína en contacto con las mucosas del estómago y el intestino ya le habían provocado lesiones mortales, así que falleció pocos minutos después.

El responsable del servicio de urgencias malagueño alertó de inmediato a la Policía Nacional, que asumió la investigación. Agentes de la Udyco de Málaga localizaron poco después en una pensión de Torremolinos a los otros dos mulas, de 28 y 39 años, gracias al rastreo de las identidades de ambos pasajeros. Al llegar a la habitación, se encontraron con que ya habían empezado a expulsar las bolas que transportaban.

Buscan al resto de la organización

De hecho, los policías encontraron en la habitación del hostal 105 bellotas de cocaína, además de otras 21 en un contenedor junto a la estación de trenes de Torremolinos, expulsadas por uno de ellos en el trayecto que habían realizado desde Málaga. Tras detenerlos, los llevaron a un hospital, donde continuaron expulsando otras 62 bolas más con la misma droga.

En total, entre los tres llevaban 287 bellotas -285 fueron recuperadas y las otras dos son las que se rompieron en el estómago del fallecido-, con un peso superior a los 4.100 gramos de cocaína -sólo el difunto portaba cerca de kilo y medio de droga en su cuerpo-; 33.125 bolívares venezolanos; 175 euros; y cuatro teléfonos móviles, que la policía ya ha empezado a analizar para llegar al resto de la organización que los envió desde su país a Tenerife, vía Valencia.